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Gregorio Manzano no quiere ver síntomas de relajación en el vestuario del Mallorca. El técnico pretende que sus jugadores se ejerciten con más intensidad durante el trabajo diario y pese a la tregua que le ha concedido el calendario, le dio una vuelta de tuerca a los suyos durante la penúltima sesión preparatoria de la semana y pidió el compromiso de los futbolistas para acabar de hilvanar el grupo. El jienense, que desde hoy disfrutará de un largo de fin semana de descanso, hizo también un pequeño balance del camino recorrido hasta el momento y confía en que la suerte del equipo cambie a partir de la próxima semana.

El preparador bermellón supervisó ayer el tradicional partidillo de los jueves en Son Bibiloni y aprovechó el descanso del mismo para reclamarle una actitud más enérgica a los teóricos titulares, que caían frente a los suplentes por dos tantos a cero. La charla encendió los ánimos de los integrantes de la plantilla, que se vaciaron durante una segunda mitad en la que se vivieron algunos piques significativos, como el protagonizado por Jordi López y Jonás. «Tuve que decirles a los jugadores cuatro cosas porque el partido que estaban realizando era de intensidad media-baja, pero después se emplearon a fondo y hubo algún rifirrafe, cosas propias del fútbol», explicaba poco después el de Bailén.

Manzano comentó que a lo largo de la semana había repasado junto a los defensas los errores cometidos el pasado domingo ante el Villarreal, pero que en cualquier caso, se trata de una práctica habitual en su manual de trabajo: «He hablado con ellos porque había acciones que teníamos que analizar y que en algunos casos podían haberse evitado. Tenemos que corregirlos con la intención de ofrecer otra cara a partir de ahora», argumentaba el técnico.