El Levante marcará un nuevo hito en el recorrido de Gregorio Manzano por los banquillos del fútbol español. El técnico de Bailén cumplirá el domingo que viene doscientos partidos en Primera división y entrará a formar parte del grupo de entrenadores más exclusivo de toda la Liga. El responsable de la plantilla mallorquinista se pondrá a la altura de sus colegas más ilustres y rebasará una frontera histórica en una cita fundamental para el buen desarrollo del proyecto rojillo.
Manzano alcanzará la mágica cifra durante su octava incursión consecutiva en la elite, a la que llegó en el año 1999 después de acumular miles de kilómetros por las carreteras del sur de la península. Tomó contacto con el fútbol amateur a mediados de los ochenta en el Santisteban de la regional andaluza y dirigió después a clubes modestos como el Villacarrillo o el Iliturgi, con el que se estrenó en categoría nacional (3ª División) en la campaña 1987-88.
De ahí pasó primero al Villanueva y poco después al Úbeda, que le abrió las puertas del Jaén y de la Segunda B a mediados de la temporada 1989-90. En La Victoria no pudo evitar el descenso del equipo aceitunero, pero se repuso un año más tarde con un ejercicio excelente que se saldó con el ascenso a la categoría de bronce. Pese a ello, fichó por el Martos en el verano del 91 y permaneció allí hasta junio de 2003, en el que abrió el último paréntesis que se aprecia en su extensa hoja de servicios.
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