Jorge Lorenzo hace el signo de la victoria durante el descanso de una sesión de entrenamientos. Foto: M.A.CAÑELLAS

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El título de 250 centímetros cúbicos está en juego, al rojo vivo, y al mallorquín le basta con quedar por delante de Andrea Dovizioso o por detrás de él a partir del cuarto puesto para no prolongar hasta Cheste el desenlace de una temporada de la que ha sido claro dominador y en la que el 48 ha sido el dorsal de referencia. No en vano, aterriza en Portugal con 27 puntos de renta sobre el italiano. Fruto ellos de ocho victorias que le permitieron igualar la plusmarca de Dani Pedrosa en una misma campaña y once podios en total que han agotado la paciencia y los argumentos de su único oponente, quien tras el Gran Premio de Francia contaba con 29 puntos de margen sobre el balear del Fortuna Aprilia, quien guarda buenos recuerdos de un trazado en el que el viento es el gran enemigo a controlar en elevadas velocidades y que se ha quedado del todo obsoleto para el Mundial de MotoGP.

No en vano, aquí fue donde le demostró a los grandes del octavo de litro, allá por 2003, que podía ganarles en un pulso directo. Fue sexto por entonces, pero anticipó a los Pedrosa, Nieto, Vincent, Dovizioso y compañía su catálogo de intenciones de cara a Río, la siguiente manga, donde logró su primer triunfo en el Campeonato y plasmó con un resultado para la leyenda la progresión exhibida en Estoril. Llega lanzado Lorenzo al penúltimo asalto deel curso, puede que el último de su carrera de fondo para desbancar a un Dovizioso amparado por su regularidad. La gira asiática se ha saldado con dos victorias (Phillip Island y Sepang) y un tercer puesto (Motegi) que han desquiciado del todo a Dovizioso, quien días atrás se rendía ante la superioridad en potencia de la Aprilia sobre su Honda, objeto de sus iras desde su caída en Donington Park. La diseñada en Noale será la montura de Giorgio también en 2007, pero antes deberá cumplir con el trámite de Estoril, donde acumula un tercer puesto (125 cc, en 2004) y un décimo como única referencia en el cuarto de litro, aunque las características técnicas del trazado se amoldan a la exigencia de Lorenzo, pues combina zonas rápidas con tramos que obligan a forzar al máximo las prestaciones de la moto. La tendencia ascendente del mallorquín no tiene límites desde Montmeló y no sabe lo que es bajarse del cajón, algo que le ha permitido invertir el sino de la temporada y asestar carrera a carrera pequeños golpes que han hecho mella en Dovizios, quien comparece en el tramo decsivo del año herido de muerte y falto de confianza respecto a su moto, Además, la aparición en escena de inesperados enemigos ha acabado por agotar su crédito. Los De Angelis, Takahashi o Aoyama han restado puntos que Lorenzo arañaba semana a semana y han conformado un colchón de entidad.

Pero va a ser una cita estadísticamente especial. Al margen de tener en su mano la opción de convertirse en campeón del mundo, una nueva "pole", y serían ya once, le permitiría batir la plusmarca que comparte con el alemán Anton Mang (Kawasaki, 1981) y añadir un nuevo registro a su larga nómina del plusmarcas de precocidad. Aquí no se detiene la cosa, pues en caso de ganar el Gran Premio de Portugal, Jorge obtendría una novena victoria que le haría ser el piloto español con más triunfos en una misma temporada, batiendo a su eterno rival en esta singular guerra: Dani Pedrosa. Aunque los once de Katoh en 2001 ya son una cota impensable. Pero mantiene intacta la posibilidad de convertirse en el tercer piloto con más puntos acumulados en una campaña, aunque deberá ganar en Estoril y Valencia pafra alcanzar los 315 puntos, quedando a dos de Pedrosa y siete de Katoh.