TW
0

Todo estaba listo para que el Gran Premio de Portugal, la penúltima manga del Mundial, se convirtiese en la ceremonia de coronación de Jorge Lorenzo como campeón. En la carrera de 250 centímetros cúbicos y en la línea de salida, todas las miradas apuntaban hacia la Aprilia del mallorquín. Hacia un 34 que estaba ante el primer match ball de una temporada genial.

Pero nadie contaba con un Dovizioso que echó el resto, sabiendo que le iba la vida en las 26 vueltas y con su victoria en Estoril, unida al quinto puesto del balear, reduce a trece los puntos de desventaja en la general. Todo se decidirá en el Circuit de la Comunitat Valenciana en trece días y Lorenzo juega con ventaja, pero Dovizioso no va a regalar el título.

Las sensaciones que dejó el italiano en los entrenamientos oficiales no eran las mejores para encarar la carrera. Locatelli y Aoyama se habían colado entre medias y nadie podía olvidarse de De Angelis, que lucha por el tercer peldaño de la general. Anunciaban lluvia y las nubes que cubrían el cielo de Lisboa no invitaban al optimismo.