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Fernando Fernández | ESTORIL
Jorge Lorenzo abandonó el box entre aplausos, a lo campeón. Pero el golpe que le asestó a la puerta que da acceso al paddock denotaba que no estaba satisfecho con su trabajo. El piloto mallorquín de Aprilia es muy autocrítico y ver cómo se le escapaba el primer match ball no le hizo ninguna gracia.

«Estoy bastante decepcionado, pero sé que hay dos maneras de comportarse en estos casos: como antes hacía, como una bestia, entrando en el box y tirando las cosas. O como un señor o un campeón, que es lo que quiero ser. Estoy muy enfadado, pero sé que debo serenarme y no llorar, porque podríamos estar mucho peor de lo que estamos a una carrera del final», afirmaba el 48, rodeado en el cuartel general del Fortuna Lotus por una nube de periodistas ansiosos por conocer las primeras impresiones de un piloto que había sufrido un revés en sus planes.

Lorenzo quiso alabar la labor de su equipo «que hace lo que puede. Ellos quieren ganar como yo y que la moto vaya al máximo. No lo hemos conseguido, pero en Valencia iremos mejor, seguro», dijo convencido el balear, quien, preguntado sobre la posibilidad de hacer campeón en Cheste incluso siendo cuarto y ganando Dovizioso, avisó de que «ser cuarto no va a ser fácil. Lo hemos visto hoy (por ayer), pero espero lograrlo. Aprilia quiere este campeonato», al mismo tiempo que bromeaba pidiendo ayuda a los otros pilotos de la factoría de Noale e incluso a Hiroshi Aoyama (KTM): «A ver si alguno me echa una mano, aunque espero no necesitarla".