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Fernando Fernández|VALENCIA
Llegó casi de casualidad y se ha quedado en el box del Fortuna Aprilia. En Cheste no tendrá un hueco en él. Estará fuera, en una carpa y rodeado por un pequeño grupo de mecánicos de Aprilia. La moto número 6 lleva los mismos colores que las de Lorenzo y Barberá, pero Àlex Debón (Vall d'Uxó, Castellón, 1976) tiene asumido su papel de escudero del 48. Su presencia en pista parecía contada a principio de temporada. El papel que le otorgó Dani Amatriaín fue el de probador, una «liebre» de lujo, pues el castellonense lleva inmerso en el Mundial desde el año 2000 y siempre en 250 centímetros cúbicos, con lo que se las sabe todas a estas alturas.

La lesión de Héctor Barberá en el ecuador del Campeonato le dio un papel protagonista. Tanto que su buena relación con Jorge Lorenzo se fue asentando con el paso de los Grandes Premios. No desaprovechó su oportunidad para reivindicarse como piloto mundialista. Tanto que firmó dos quintos puestos (Mugello y Montmeló) y un cuarto en Assen que sirvieron para remontar el vuelo en el momento más difícil de la temporada.

Llegaba para disputar seis pruebas y ya es uno de más de la familia. Fue Debón un apoyo vital para Giorgio en Mugello. El castellonense le lanzó y le marcó los tiempos de referencia y ambos celebraron la victoria del mallorquín como si de Àlex hubiera sido. En Catalunya, un error de cálculo costó una victoria que cayó en manos de Dovizioso, pero en la sublime remontada del 48, Àlex tiene un papel protagonista del que presumir.