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Rafael Nadal va a cerrar el curso 2006 lejos de los once títulos que cosechó la temporada pasada, pero probablemente el año del número dos del mundo haya sido mejor que el anterior. Revalidar el título de Roland Garros y alcanzar la final de Wimbledon son gestas de una trascendencia especial. El jugador de Manacor quiere poner la guinda a un 2006 excepcional en la Copa Masters de Shanghai, hacia donde parte este mediodía después de que ayer superara sin problemas las últimas pruebas médicas. Un dolor abdominal ha estado a punto de dejar a Rafael Nadal por segunda vez sin Copa Masters. La temporada pasada llegó con el tobillo lesionado y aunque estuvo intentándolo hasta el último momento tuvo que retirarse el día antes de debutar. Este año, mientras preparaba su concurso en el Masters Series de París-Bercy se lastimó en las abdominales durante un entrenamiento. El mallorquín tuvo que borrarse del último TMS del curso y hasta finales de la semana pasada no decidió que competiría en el torneo de los «maestros».

Pero desde la semana pasada hasta ayer la evolución ha sido muy satisfactoria y ayer Rafael Nadal se ejercitó a pleno rendimiento en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona junto a Tomeu Salvá después de que el doctor Angel Ruiz Cotorro certificara que la lesión en las abdominales se había recuperado totalmente. Rafael Nadal llega a esta Copa Masters después de mantenerse durante todo el año en el segundo puesto del ránking ATP, de convertirse en el rey absoluto de la tierra batida y de protagonizar una gran gesta en Wimbledon.

Alcanzar a Roger Federer se ha convertido este año en una hazaña imposible. El suizo ha batido el récord de puntos de la Carrera de Campeones y se ha erigido como un rey sin fisuras, pero la temporada de Rafael Nadal también ha sido sobresaliente. Más teniendo en cuenta que mientras el resto de tenistas peleaban por los primeros títulos de la temporada el balear todavía no sabía si podría volver a jugar al máximo nivel. La lesión en el tobillo que le apartó de la Copa Masters también le dejó sin Open de Australia, un handicap demasiado complicado como para poder hacer un pulso ante posiblemente el mejor de la historia por el trono de la ATP.