20/11/06 0:00
Fernando Fernández
La edición más polémica de las muchas que arrastra a sus espaldas la Pujada al Puig Major, la clásica del automovilismo balear por excelencia, volvió a demostrar que la afición al deporte de las cuatro ruedas necesita eventos de este calibre. Las rampas que unen Sóller con la cima más alta de Mallorca estuvieron abarrotadas de aficionados, menos que en otras ocasiones, que disfrutaron con las evoluciones de los cerca de sesenta participantes que tomaron los 4,4 kilómetros de los que constaba la carrera, que discurrió sobre un desnivel del 5,35 por ciento.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.