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F.Fernández / T.Jaume
La intensa carrera deportiva de Isaac Gálvez tiene, pese a haber nacido en Vilanova i la Geltrú, muchos nexos con Mallorca. El primero, su enorme amistad con Joan Llaneras, una de las personas de su total confianza y quien ha sido su mejor anfitrión. De la misma manera, su fichaje por el equipo profesional Illes Balears acabó por reafirmar esa estrecha relación que con el paso de los años se ha forjado entre Isaac y la Isla.

Todo ello, unido a éxitos y recuerdos que arrancan en el Cinturón, esa gran academia para los ciclistas que da continuidad en la Challenge, de la que es un clásico y un animador indiscutible. Cinco victorias adornan su hoja de servicios en la ronda mallorquina, triunfos conseguidos vistiendo los maillots del Kelme (uno en 2002 y dos en 2003) y los más sonados, los dos logrados este pasado invierno, ya en el Illes Balears, en la línea de meta del Passeig Marítim, su especialidad, y en Cala Bona.

Todo en un 2006 en el que tocaría el cielo en el Mundial de pista de Burdeos, donde en compañía, cómo no, de un mallorquín como Joan Llaneras, se colgaba su segundo oro en americana. Y un testigo directo de sus logros reside también en Algaida. Toni Cerdà, ex seleccionador nacional de pista, lloraba igual que muchos de sus compañeros en el Illes (Horrach, un Colom emocionado, Reynés) e incluso en sus tiempos en el Kelme (Tauler), todos ellos amigos de un ciclista que ha hecho historia.