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Fernando Fernández
Faltan cuarenta días para que el Mundial vuelva a rodar. Lo hará en Qatar, a casi cincuenta grados a pie de asfalto. Pero la pretemporada 2007 ya es una realidad y los pilotos ya han rodado sus primeros kilómetros. Es el caso del campeón de 250. Jorge Lorenzo cuenta los días para su puesta de largo con el reto de reeditar el título del cuatro de litro y volver a llevar a Aprilia a lo más alto en el Mundial de marcas.

Todo ello, sin descuidar que a lo largo de los diecisiete Grandes Premios que se le avecinan (San Marino debuta) está dispuesto a mejorar sus espectaculares números. Ocho victorias, once podios, diez «poles» -igualando el récord de Anton Mang- y un dominio abrumador le llevaron a superar a Andrea Dovizioso en un final apasionante que no pudo tener mejor escenario que Cheste.

Con ánimos renovados, Lorenzo busca otra corona antes de dar el salto a MotoGP, previsto para 2008. Ofertas no le han faltado a lo largo de los últimos meses. El interés de Yamaha por hacerle compañero de Rossi es el más firme y el que más suena. Ducati, Suzuki y Honda, entre otros, también han preguntado por Jorge. Sus planes pasaban por seguir formándose en 250, en una temporada en la que también le van a sobrar rivales.