Bravura sin recompensa ante el líder

VIVEMENORCA (28+13+19+19): Rodríguez (8), Stojic (13), Bazdaric (14), Alzamora (7), Moss (12) -cinco inicial-Yáñez (6), Ivanov, Galarreta (2), Farabello (5) y McCoy (12).

REAL MADRID (21+22+23+17): Raül López (1), Tomas (15), Smith (13), Hervelle (8), Reyes (1) -cinco inicial- Sekulic (2), Milic (2), Hernández-Sonseca (6), Tunceri (14) y Bullock (21).

Àrbitros: Pérez Pérez, Bultó y Pérez Niz. Eliminaron por faltas a Stojic y McCoy del Menorca.

Incidencias: Pavelló Menorca. Lleno, 5250.

Lluís Orfila

El ViveMenorca no pudo frenar al Real Madrid, tras realizar un esfuerzo tremendo, que no se vio recompensado. La calidad individual de algunas de las estrellas madridistas -Bullock, Tunceri-, sumado al desigual criterio aplicado por los colegiados, finiquitaron las opciones isleñas de culminar el sueño ante el coloso blanco. Los de Casas, que no le perdieron la cara al duelo en ningún instante, llegaron a situarse con ventaja en el luminoso en el tramo final del duelo, aunque a la postre resultó insuficiente.

Ya lo avisaba Casas en las horas previas, que el inicio del partido iba a resultar, si no decisivo, si muy importante. El grupo menorquín, consciente de que buena parte de sus posibilidades pasaban por controlar al rival desde los albores del choque, se aplicaba en defensa y mostraba fluidez ofensiva, lo que le permitía gozar de las primeras rentas (8-5, 19-13). Alzamora, en un alarde de sabiduría, sacaba de sus casillas a Felipe Reyes, con lo que el pívot cordobés, tras cometer tres faltas consecutivas en jugadas sin balón, veía una técnica, y su entrenador, Joan Plaza, se veía obligado a sentarle.

A la vez que esto sucedía, McCoy entraba en pista, y el pívot norteamericano mostraba algunas de sus virtudes con celeridad -capacidad reboteadora, intimidación y buena lectura en las situaciones, tanto de ataque como de defensa. Hernández-Sonseca, que había sustituido a Reyes, se veía incapaz ante el nuevo foráneo del Menorca. Sólo la calidad de Raül López y el acierto exterior del croata Tomas, permitían a los blancos mantener la desventaja por debajo de la decena (26-19 con Galarreta en pista).