Llorenç Serra Ferrer posa para este diario con el Partenón de fondo. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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En la cuna de la civilización, en el origen de la cultura occidental, Llorenç Serra Ferrer (sa Pobla, 1953) imparte su filosofía. Idolatrado por los seguidores del AEK, míster Ferrer -así le llaman- se ha ganado el cariño de su hinchada aplicando la doctrina que le acompaña en su carrera desde hace más de veinte años. En una semana clave, en las vísperas del enfrentamiento ante el Olympiakos de Rivaldo, el dominador absoluto del fútbol heleno en la última década, Ultima Horase desplazó a Atenas para compartir con el entrenador mallorquín su aventura griega.

El fútbol monopoliza la vida de Serra Ferrer. De su casa al campo de entrenamiento y poco más. «No hago apenas vida social porque el fútbol ocupa un tanto por ciento muy elevado en mi vida». Reside con su esposa Isabel en Kifissias, un barrio situado en el norte de Atenas, alejado del caótico tráfico del centro.

«Aquí tenemos todo lo que necesitamos y la gente del club se vuelca con nosotros. Nos encontramos bien porque el trato humano que recibimos es magnífico. Por cualquier pequeña dificultad que tengamos, encontramos facilidades, siempre tenemos a la gente pendiente de nosotros y eso nos hace la vida fácil», apunta el técnico, que presenta una imagen renovada y una figura más estilizada: «He adelgazado cerca de doce kilos en los últimos meses. Me cuido mucho más...» señala.