Angelos Basinas gesticula durante un entrenamiento.Foto: MONSERRAT

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El Mallorca tiene esta tarde una oportunidad para alejarse la vulgaridad. Después de apartarse del precipicio y recuperar el aliento en su propio centro de operaciones, la escuadra balear se presenta a una cita que puede marcar un punto y aparte en su excursión por el campeonato. Y lo hace con las pulsaciones adecuadas, el viento a favor y su autoestima reconstruida. Los rojillos compararán su estado de ánimo con el de un Espanyol embalado tras sus últimas actuaciones, ya sin la presión que le había acompañado hasta ahora y con la certeza de que una victoria le elevaría a la planta superior de la clasificación. El equipo balear, que se ha acostumbrado a alternar funciones inmaculadas con otras sin apenas contenido, quiere desmarcarse de una vez por todas de la irregularidad que le caracteriza y enganchar dos triunfos consecutivos por primera vez en toda la temporada (Estadio Olímpico de Montjuïc, PPV, 17.00 horas).

Gregorio Manzano ya advirtió el pasado viernes que su grupo se encuentra en una situación un tanto compleja. Por un lado, ha recuperado el colchón de puntos (4) que le mantiene aislado deinfierno, aunque éste no es tan grueso como para enterrar todavía sus preocupaciones más evidentes. Por el otro, divisa ya a los equipos instalados en la zona noble de la tabla, a los que podría alcanzar en un par de semanas a poco que le acompañen los resultados. El encuentro de hoy le ayudará a escoger entre una de las dos rutas y a clarificar un futuro que sigue sin concretarse.

El técnico jienense, que reconoció estar especialmente ilusionado con la posibilidad de que su equipo dé el salto de calidad que viene reclamando desde principio de temporada, ha diseñado un plan de asalto a la montaña mágica que está totalmente condicionado por las circunstancias. La baja de Juan Arango (sufre una elongación que le había impedido trabajar con normalidad durante la semana) y sobre todo la de Ariel Ibagaza (seguirá el partido desde la nevera tras cumplir el pasado domingo el primer ciclo de amonestaciones) obligarán al de Bailén a seguir rotando sus fichas en busca del equilibrio. No obstante, las variantes que ofrece este año la plantilla mallorquinista garantizan la competitividad en todas las líneas y ha desplazado a Barcelona a dieciocho efectivos con los que podría componer una escuadra plagada de recursos. Así, Prats defenderá el portal y su séquito de guardaespaldas estará formado por Héctor, Nunes, Ballesteros y Navarro, con Basinas y Jordi López como directores de juego. A partir de ahí, lo más probable es que Varela vuelva como interior derecho, que Jonás se traslade a la izquierda y que Janko y Maxi completen el once.