Imagen de las gradas del ONO Estadi, durante un partido reciente.Foto: MONSERRAT

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Ganar o ganar. El Mallorca mira de frente a su destino en un duelo sin término medio. Quince días después de tumbar al Zaragoza, el grupo balear regresa a su casa con los bolsillos vacíos tras sus visitas a Montjuic y El Madrigal. Las dos últimas derrotas le han dejado al borde del precipicio y al bloque de Gregorio Manzano le espera ahora otra cita cargada de trascendencia y consciente de que un resbalón podría acarrear unas consecuencias terribles (ONO Estadi, 17.00 horas, PPV). Los rojillos (16º con 26 puntos) se adentran en una serie decisiva para blindar la salvación y lo hacen ante uno de esos adversarios con los que seguramente convivirán durante las próximas semanas en la zona más embarrada de la tabla. En esta ocasión el que estará delante es un Levante (15º con 27) acorralado por las urgencias, aunque con una tendencia al alza que le ha permitido asomar la cabeza a la superficie. Desde la llegada de Abel Resino y el refuerzo de Salva Ballesta, los granotas han comenzado a divisar el horizonte con esperanzas. Su mes de febrero ha sido de órdago: dos victorias, dos empates y un solo gol encajado. Se trata de otro encuentro «de seis puntos» de los que tan malos resultados le han dado al Mallorca en los últimos tiempos. De hecho, visitó Montjuic con la esperanza de ganar y atrapar al Espanyol. Perdió con estrépito. Acudió a El Madrigal con las mismas intenciones. Cayó por un gol en el último minuto tras adelantarse en el marcador y perdonar la goleada.

El duelo de la semana pasada ante el Villarreal descubrió a un nuevo Mallorca. El once balear mejoró su aspecto, ilusionó por momentos a la hinchada, dispuso de opciones para variar el guión del encuentro, pero salió de El Madrigal con los bolsillos vacíos y la jornada comprimió las distancias en el fondo de la clasificación. Ante este panorama, los isleños volverán a trabajar hoy con la presión de extraer una renta positiva, ya que el valor de los puntos se ha multiplicado y no puede concederse el lujo de seguir dilapidando su tiempo. Ante la magnitud del partido, el Mallorca ha recurrido a su principal aliado, la grada, para darle otra vuelta de tuerca al campeonato. El club ha aplicado los precios populares a la hora de vender sus localidades y se espera que el ONO Estadi vuelve a registrar una buena entrada para que el público vuelva a erigirse en el principal aliado del equipo.

Sobre el campo todo será diferente y cualquier pronóstico previo conlleva un riesgo elevado. El Mallorca ha cambiado, pero sigue ofreciendo síntomas de debilidad ante dificultades concretas. El Levante, en cambio, se encuentra en una línea ascendente, sus números no engañan y delatan que no es un enemigo sencillo de superar. De hecho, acumula cuatro jornada sin perder y ha resistido el empuje de Real Madrid, Recreativo, Deportivo y Zaragoza, que en ningún caso le superaron en el cara a cara. En las filas mallorquinas, Manzano ha calcado la convocatoria de Villarreal -Tristán se queda de nuevo fuera de la lista-, aunque se antojan novedades en el once. Para no variar la costumbre, el técnico de Bailén agitará su coctelera para alinear su vigésimo cuarto once en veinticinco jornadas. De récord.