Luis observa a sus jugadores, ayer en las instalaciones de Son Bibiloni, adonde los aficionados acudieron en masa. Foto: PERE BOTA
27/03/07 0:00
Su juego no enamora, pero el espíritu de la roja engancha. En una velada propicia para el sofá y la manta, con el cielo teñido de nubarrones y unos gélidos diez grados recorriendo el ambiente, varios centenares de mallorquines optaron por coger su vehículo, su cámara o móvil de última generación e inmortalizar la presencia de los internacionales. El entrenamiento vespertino realizado ayer por la selección nacional en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio desató una pasión inesperada.
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