BARCELONA (18+19+19+21): Lakovic (3), Navarro (23), Basile, Trias (4), Vázquez (4) -cinco inicial-, Kakiouzis (13), Marconato (4), De la Fuente (12), Ukic (8) y Grimau (6)
VIVEMENORCA (18+13+20+14): Vasiljevic (8), Yañez (12), Stojic, Moss (10), Alzamora (8) -cinco inicial-, Nacho Rodríguez, Llorens (4), Bazdaric (19), Shirley (2), Farabello e Ivanov (2).
Arbitros: Hierrezuelo, Guirao y Ortega. Sin eliminados.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo séptima jornada de la liga ACB disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante unos 4.000 espectadores.
El ex jugador barcelonista Nacho Rodríguez, ahora en las filas del ViveMenorca, disputó su encuentro número 700 en la Liga ACB. Es el segundo jugador en la historia de la competición que alcanza esta cifra, sólo superado con 758 encuentros por el ya retirado Rafa Jofresa.
Lluís Orfila|BARCELONA
El inexpugnable Palau ejerció su condición y fue escenario de la enésima derrota menorquina a domicilio. Existía, tras el varapalo en la anterior salida a Vitoria, cierto temor a la mítica cancha culé, aunque, y es de justicia decirlo, en esta ocasión el grupo de Casas dio la cara, y si acabó cediendo, fue, simplemente, por que la calidad del Barcelona, superior a la del bloque menorquín, apareció en momentos determinantes y dilapidó cualquier opción para la sorpresa. Con todo, y pese a que la derrota debe de catalogarse como de honrosa, tal situación resulta totalmente ineficaz para un ViveMenorca anclado en el fondo de la tabla, y que encadena su tercera derrota seguida. Es de esperar que, al menos, los rivales directos no sean capaces de sumar en el día de hoy, para que, al menos, la llama de la esperanza no se desvanezca.
El choque se inició marcado por las imprecisiones por parte de ambos conjuntos. El Menorca, con Yáñez de titular marcando a Basile, y Stojic emparejándose con Navarro, se situó 2-6 en el luminoso, paliado con rapidez por los azulgrana (8-6). No obstante, los de Casas, lejos de amedrentarse, recuperaron de nuevo la iniciativa (11-16). Ambos técnicos habían ya movido sus banquillos. Llorens, Bazdaric y Rodríguez, por parte menorquina, entraban en pista, mientras que Ivanovic otorgaba responsabilidades a Rodrigo De la Fuente, Marconato y Kakiouzis. Mucho juego estático, constantes interrupciones e igualdad tras finiquitar el primer round (18-18), aunque parecía que el duelo empezaba a fracturarse en el segundo cuarto (33-23 a menos de tres minutos para el descanso). Sin embargo, un par de triples menorquines permitían albergar posibilidades. Por entonces, el nuevo fichaje, Paul Shirley, había ya entrado y salido del parquet. Seis minutos, y aportación discreta, aunque apenas le llegaron un par de balones. Y es que ese era un lastre importante para el Menorca, pues la defensa culé (siempre individual), ahogaba su juego ofensivo, impedía una rotación fluida y que llegaran balones a los interiores. Alzamora, el mejor del Menorca, debía buscarse la vida lejos de la pintura. No obstante, no todo eran malas noticias para los de Casas, pues en defensa sí cumplía el equipo, lo cual explicaba que la diferencia fuera de solo seis puntos al marcharse a los vestuarios (37-31). Navarro y De la Fuente, por los catalanes y Bazdaric y Alzamora, por los menorquines, los que más brillaban hasta entonces.
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