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Fernando Fernández
La puesta de largo de Miquel Julià en la Renault Eurocup 2.0 no ha podido ofrecer mejores vibraciones para el piloto mallorquín que, en plena fase de acoplamiento a su monoplaza y ante un trazado inédito en su trayectoria, firmó una notable remontada que invita a ser optimistas. El palmesano aterrizaba en Zolder (Bélgica) con la intención de rodar y coger kilómetros a los mandos del vehículo que el equipo Epsilon Euskadi ha puesto en sus manos, pero los problemas se sucedieron a lo largo de los entrenamientos.

El último, una penalización por exceso de velocidad en el «pit lane» que le pasará factura en la siguiente prueba (Nürburgring, 5 y 6 de mayo), a los que se unieron pequeños inconvenientes de nivel mecánico que le impidieron rendir a su pleno potencial.

Pese a ello, el ocupante del monoplaza número doce mantuvo el tipo en todo momento y, tras la tanda oficial de entrenamientos y las dos previas, se colocó en el puesto 32º de la parrilla de salida, con una mejor vuelta a Zolder de 1:31.229. Pese a ello, Julià (campeón de las World Series de karting), salió dispuesto a todo en la primera carrera, disputada ayer sobre el asfalto del trazado belga.