Corren malos tiempos para uno de los clubes con mejor pedigrí del fútbol balear. El Constància de Inca, el único equipo del archipiélago junto a Mallorca y Atlètic Balears que puede presumir de haber desfilado por la categoría de plata del balompié nacional, está reviviendo una de las etapas más negras de toda su historia.
El conjunto blanquinegro, que lleva mucho tiempo alejado de su hábitat natural, está instalado ahora mismo en los puestos de descenso a Regional Preferente y sus perspectivas a corto plazo no son demasiado optimistas. A falta de cinco jornadas para el cierre del campeonato en Tercera, los de Juan Manuel Darder tienen un margen de maniobra muy limitado y están obligados a multiplicar su rendimiento medio para evitar el regreso ainfierno quince años después.
Más de un mes sin ganar, un único triunfo once encuentros, sesenta y cuatro goles encajados o cuatro puntos sumados de los últimos treinta. Son algunos de los datos que salpican la trayectoria del Constància esta misma campaña y que emborronan la tarjeta de presentación de una formación que en los últimos diez años había recopilado tres títulos, tres subcampeonatos y siete participaciones en eplay off de ascenso a Segunda B. Y es que a día de hoy, los de Es Raiguer sólo tienen bajo sus pies a Collerense y Sóller y están obligados a poner contra las cuerdas a Montuïri y Andratx para evitar el descenso.
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