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Óscar González|MADRID
La selección española, que el pasado sábado se impuso a Letonia (0-2), recuperó la calma perdida tras el Mundial y se volvió más efectiva, al cambiar juego por unos resultados que le vuelven a acercar a la Eurocopa de Austria-Suiza 2008.

El conjunto de Luis Aragonés se mantiene invicto en lo que va de año. En febrero, derrotó a Inglaterra en un amistoso disputado en Old Trafford (0-1), el 24 de marzo se impuso a Dinamarca en el Santiago Bernabéu (2-1), cuatro días después a Islandia (1-0), en Palma, y, anteayer a Letonia (0-2).

Gracias a estos resultados, España ya está a un punto de Irlanda del Norte y a tres de Suecia, si, como parece, se le da por ganado el encuentro suspendido ante Dinamarca, con 3-3 en el marcador, por la agresión al árbitro.

Ambos conjuntos deben visitar a España en noviembre, un mes en el que los jugadores ya están a pleno rendimiento. Es ahí, donde Luis confía en dar el segundo golpe de mano a la clasificación.

Por eso, después del sorteo incidió en la importancia del calendario, que llevó a los representantes españoles a mantener una postura dura, con amagos incluídos de abandono de la mesa de negociación. Luis Aragonés temía el principio y el final de temporada (septiembre y junio) «meses que habitualmente se nos dan mal». En estos meses, España juega con los rivales más débiles; ya ganó a Letonia, el miércoles espera hacer lo propio con Liechtenstein y abrirá el nuevo curso, el 8 de septiembre, frente a Islandia.

Amarrada a la suma de esos puntos imprescindibles, la selección española ha recuperado la calma. Y Luis, casi ocho meses después de presentar su dimisión ante la Federación, que se la rechazó, y de aguantar la presión externa que pedía que renunciase al cargo, se muestra confiado de haber recuperado el control de la situación.