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29 puntos, 8 victorias y la mejor racha de triunfos en Palma de toda su historia. El Mallorca no volverá a desfilar por la pasarela del ONO Estadi hasta la temporada que viene, pero se irá de vacaciones con la satisfacción del deber cumplido. El equipo que dirige Gregorio Manzano archivó el sábado un nuevo ejercicio como local y lo hizo a lo grande: exhibiendo carácter, comprimiendo la lucha por el título y siendo fiel al libro de estilo que le ayudó a certificar la permanencia hace algo más de un mes.

Tras permanecer mucho tiempo acampados en tierra de nadie, los baleares han revalorizado el suelo de Son Moix gracias a una segunda vuelta de ensueño que le sostendrá un año más en la azotea del fútbol español. No ha sido fácil. El Mallorca despegó rodeado de interrogantes y su trayecto inicial estuvo marcado en todo momento por la irregularidad, de la que no pudo separarse hasta que se sacudió los complejos, a principios de este mismo año.

A mediados de septiembre de 2006, el grupo rojillo le quitó el precinto al campeonato recibiendo al Deportivo y aunque no ganó (0-0), tuvo siempre bajo sus pies al conjunto gallego e hizo bueno el punto arañado dos semanas antes en el Nuevo Colombino de Huelva. La igualada cogió aún más volumen quince días después, cuando Maxi López inauguró su cuenta goleadora en la Isla a costa del Espanyol (1-0).