Maxi, en una imagen captada durante un partido.

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Miquel Alzamora
«Será una guerra para nosotros, difícil y dura, pero lo veo posible». Así de claro se expresó ayer el delantero del Real Mallorca cedido por el Barcelona, Maxi López. El punta fue ayer el foco de atención en la sala de prensa del ONO Estadi a la conclusión del entrenamiento matinal. Consciente de la importancia mediática que levanta su figura en esta semana tan especial, Maxi se plantó ante los medios pensando bien cada respuesta y dejando recados especiales para Ramón Calderón, presidente del Real Madrid y que todavía hoy su figura está situada en el centro de la diana en el vestuario mallorquinista.

«El presidente está eufórico y tiene ansia por ganar el título de Liga y me parece bien que lo festejen, pero todavía les queda un partido y nosotros lo tenemos claro, iremos a tope. Ya veremos qué cara le quedará después del partido. Sabemos de su euforia, pero no se puede subestimar al Mallorca hoy por hoy», comentó el delantero argentino.

Maxi estará de inicio en el banquillo a la espera de una oportunidad en la segunda parte. Si eso sucede y el Mallorca gana, Maxi habrá logrado un doble objetivo: lograr la victoria para su equipo y, de paso, dejar en bandeja la Liga al Barça. «Me gustaría colaborar con la victoria. Es un desafío personal, porque jugaremos en un estadio a tope, con mucha gente esperando un resultado y todo estará en contra. Lo importante es vivir este momento y aprovecharlo. Si esto trae una ayuda a los demás -en referencia al Barcelona- mejor», dijo Maxi López.