Han sido prácticamente dos meses centrado en prolongar su reinado sobre la tierra batida y el breve paréntesis que le concede la vorágine de la competición lo aprovechará en la isla. Desconectar para recuperarse tanto física como psicológicamente es el principal objetivo de estos días en los que el número dos del mundo se dispone a afrontar la preparación de Wimbledon en las mejores condiciones posibles.
La conquista de su tercera Copa de los Mosqueteros y su irrupción en el torneo de Queen's le han impedido parar, pero su participación en la capital inglesa le ha permitido extraer las primeras conclusiones del cambio de superficie.
«Estoy contento con el torneo de Queen's porque me ha servido. Es muy difícil en un día adaptarse y he llegado a cuartos de final. He estado muchos días en competición y la verdad es que me fue bien ganarle a un jugador como Max Mirnyi sobre hierba. En el segundo set ante Mahut tuve mis opciones y estoy contento igualmente porque es mejor que nada haber conseguido este resultado antes de Wimbledon», analizó emanacorí a su llegada a Son Sant Joan.
Asimilar el cambio de juego que implica la hierba es el próximo reto de un Rafael Nadal que ha demostrado tener pocos rivales sobre arcilla y solvencia para afrontar el cambio con garantías. «Es difícil y prácticamente imposible cambiar de un día para otro, pero estoy contento por haber llegado a cuartos de final ante rivales difíciles. No pudo ser, pero lo cierto es que entraba dentro de la lógica».
La eliminación en los cuartos de final no supone un aliciente extra para intentar alcanzar un mejor resultado en el All England Lawn Tennis Club. «Tengo las mismas ganas de cara a Wimbledon que si hubiera caído en la primera ronda o si hubiese ganado el torneo. Hay que dar el cien por cien y siempre es mejor haber jugado tres partidos sobre hierba que sólo uno», asegura.
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