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Javier Sánchez|VALENCIA
ETeam New Zealand superó ayer con brillantez las dificultades de un campo de regatas especialmente complicado por el viento cambiante, a una buena dosis de infortunio y a un difícil rival, para obtener una victoria psicológica que lo coloca por delante en el duelo que mantiene con el suizo Alinghi por la Copa del América de vela.

Tras una breve suspensión por falta de viento, la salida de la tercera regata fue, por primera vez, para eAlinghi, que partió con 8 segundos, un mundo, de ventaja sobre el velero 'kiwi', que buscó sin dudarlo en lado derecho del campo, pegado al barco comité.

La ventaja del barco defensor parecía definitiva y Ed Baird se mostraba muy seguro de que había elegido el lado bueno, pues en momento alguno intentó ir a marcar a su rival para evitar que un cambio en la dirección de viento le hiciera perder el liderato.

Y eso fue precisamente lo que ocurrió. En un día en el que los constantes roles fueron los protagonistas, un cambio favoreció claramente a los neozelandeses, que en apenas cinco minutos pasó de ir por detrás a dominar con claridad esa primera ceñida.

Con eAlinghi metido en un pozo de viento, los 'kiwis' comenzaron a distanciarse a marchas forzadas y aunque llegaron a marcar al velero suizo, nunca se decidieron a cruzarle por su proa para no perder el lado que tan buen rendimiento les estaba dando.

Las distancias se fueron agrandando paulatinamente hasta llegar a los 370 metros, lo que se tradujo en un minuto y veintitrés segundos de diferencia en la baliza de barlovento, un auténtico abismo en una regata de la Copa del América. En el rumbo de popa Ed Baird, casi a la desesperada, trató de buscar la mayor velocidad posible de velero y utilizó todas sus armas para reducir diferencias.

Sin embargo, fue un incidente en eTeam New Zealand lo que redujo drásticamente las distancias.

El tiempo de diferencia en la baliza de sotavento fue de un minuto y dos segundos, pero el velero neozelandés continuo con problemas cuando su spi se quedó enredado en el escotero, lo que les impedía maniobrar.

Los dos veleros fueron al cruce, pero Dean Barker tuvo que virar a sotavento de los suizos, dando a estos una ligera ventaja para controlar la situación. Estos trataron de llevar los neozelandeses hacia elayline, pero de nuevo otro cambio del viento los hizo desistir y tuvieron que virar y separarse de su rival.