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Patricia Rodríguez|LONDRES
Rafael Nadal, Feliciano López, Juan Carlos Ferrero y Virginia Ruano salieron a flote de la segunda criba de Wimbledon, en la primera jornada de esta edición que no se vio empañada por la lluvia, y en la que fueron apeados del cuadro masculino David Ferrer y Tommy Robredo.

También continúa con vida en el césped del All England Club el madrileño Fernando Verdasco, que tras imponerse el miércoles al italiano Andreas Seppi afrontará hoy un interesante encuentro ante el estadounidense Andy Roddick.

Rafael Nadal, tricampeón de Roland Garros, tuvo que lidiar con «condiciones muy difíciles» en la «Catedral» para lograr su segunda victoria ante el austríaco Werner Eschauer, casi un desconocido.

La Central vio ayer al número dos incómodo, que ni de lejos exhibió sus mejores armas en la cancha. Su eficacia y dotes de campeón, no obstante, no le abandonaron y pudo resolver en 1 hora y 36 minutos por 6-2, 6-4 y 6-1.

«Imposible que fuera peor, comencé muy mal. Había mucho viento y es peor ahora que la Central no tiene cubierta», comentó, posteriormente el mallorquín.

Con un simpático gesto con las manos y un sentido «sorry» (perdón en inglés), murmurado hacia las gradas, Feliciano López se «disculpaba» ante la entregada afición que en la Central presenciaba con horror cómo el toledano machacaba las esperanzas del tenis inglés al eliminar a Tim Henman, verdugo de Carlos Moyà en la primera ronda. Otro año más, no pudo ser para el «héroe» de la colina más visitada del All England Club.

López, un jugador que se mueve con soltura por esta superficie, solventó la cita con un 7-6 (3), 7-6 (5), 3-6, 2-6 y 6-1 en 3 horas y 17 minutos, pese a reconocer más tarde que hubo momentos en los que se «vino abajo», sobre todo al ver cómo su rival se reponía en el tercer set.

Encantado con la victoria -«por vencer en la Central, y contra Henman»-, y archivando este encuentro «para los recuerdos», «Feli» lo sintió por los devotos admiradores del inglés: «Claro que me siento mal por los aficionados, porque les encanta Tim y le apoyan muchísimo, pero cuando sales ahí, quieres ganar».

Por su parte, Henman vivió un partido de «altos y bajos», en el que no dejó de confiar en que su oponente «terminaría bajando el nivel».