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Miquel Alzamora El domingo por la mañana por fin se hizo la “Lux". El portero de River Plate, fichado hace prácticamente un año por el Real Mallorca, llegó ayer a las diez de la mañana al aeropuerto de Palma. Por la tarde, pasadas las ocho, llegó Pierre Webó. Los dos fichajes hasta el momento estrella del club balear por fin se dejaron ver en una terminal, que más de llegadas, parecía de fichajes. Ambos futbolistas han sido piezas codiciadas por el equipo balear desde hace tiempo. De hecho, la vinculación de Lux con el entorno bermellón se remonta ha hace muchos meses atrás. Prácticamente en el mes de septiembre del año pasado surgió la noticia en Argentina del interés del club del ONO Estadi por el guardameta e incluso se aseguraba que en diciembre se incorporaría al grupo de Manzano. El Mallorca siempre desmintió este punto, aunque no fue hasta hace pocas semanas que reconoció que su contratación estaba muy adelantada. Lux ha llegado libre, por lo que el club que preside Vicenç Grande no ha tenido que pagar cláusula de rescisión alguna por su traspaso haciéndose con uno de los porteros de mayor calidad en Argentina. Ahora el jugador tendrá la oportunidad de volver a vivir el fútbol al cien por cien, circunstancia que no ha podido hacer en su país ya que el conflicto que mantenía abierto con su entrenador, Daniel Passarella, le impedía entrenar con el resto de sus compañeros y también jugar los partidos oficiales. Germán Lux compareció en la terminal de llegadas acompañado de su agente, Néstor Sivori, que ha llevado el peso de las negociaciones durante estos últimos meses. El guardameta, nacido en 1982, llegó a River Plate en el año 1998 y desde entonces su evolución ha sido constante, ya que se instaló en la priemra plantilla en 2001 y se fue ganando poco a poco el respeto de sus compañeros, la afición y la prensa del país.

Cuenta con dos Torneos Clausura, los correspondientes a los años 2002 y 2004. Internacional en las categorías inferiores de la albiceleste, Lux estuvo a punto de ir al Mundial de Alemania, pero finalmente se quedó fuera en el último momento. Anteriormente había defendido la camiseta de Argentina en la Copa Confederaciones. Pese a estar durante más de medio año apartado de la disciplina de su equipo por capricho de Passarella, Lux nunca ha arrojado la toalla demostrando una fuerza mental extraordinaria ya que ha tenido que entrenar solo, alejado de sus compañeros y apartado del día a día el club. Ahora volverá a sentirse futbolista en el Mallorca.