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Tolo Jaume La aparente guerra fría del derbi mallorquín de la LEB Oro ya ha arrancado. El duelo del viernes se presume como muy importante para ambos contendientes, pero los discursos de sus representantes ofrecen contrastes. Los jugadores del Bàsquet Inca confían en el respaldo de su afición y en la gran competitividad exhibida para sacar adelante un encuentro que califican como uno más, mientras que loss del Palma Aqua Mágica advierten que el choque del viernes es especial por la rivalidad y por todo lo que hay en juego.

Los gualdinegros Alberto Alzamora, Sergio Ramos y Thomas Terrell y los celestes Guillermo Rejón, Pep Pacreu y Xavi Puyada se vieron las caras en el Palau d'Esports en un encuentro con los medios de comunicación en el que los jugadores dejaron constancia del buen clima que reina en las relaciones entre las dos plantillas, una buena relación que seguramente se quedará en los vestuarios el viernes a partir de las 21:00.

Los jugadores del Palma Aqua Mágica son conscientes del ambiente que les espera en el Palau d'Esports d'Inca y también del peligro que corre el puesto de Diego Tobalina. Guillermo Rejón, Xavi Puyada y Pep Pacreu saben que la atmósfera en el recinto de Es Raiguer será increíble y que una derrota podría suponer la destitución del técnico asturiano.

El capitán Pacreu apuntó que «estos partidos siempre son especiales» y analizó que «el encuentro es importante porque no llega en una buena época para los dos equipos, ya que el que gane puede dejar muy tocado al otro». En la misma línea se pronunció el base catalán Xavi Puyada, que manifestó que «sabemos que es un partido difícilisimo por la gente» y también declaró que «necesitamos la victoria proque jugamos ante un rival directo y porque necesitamos un triunfo que nos dé confianza».

Por su parte, los jugadores del Bàsquet Inca dan la sensación de esconder mejor la tensión que se vive en la cuenta atrás hacia el derbi. Tanto el ex jugador del Palma Aqua Mágica Sergio Ramos como el capitán del conjunto inquer Alberto Alzamora abogaron por señalar el duelo de rivalidad regional como un partido más. La línea de juego de los inquers ha motivado que los anfitriones del derbi tengan la moral intacta. Además, tienen confianza en sus posibilidades sabedores que más de 3.000 aficionados les empujarán desde las gradas para acabar con la racha de dos derrotas consecutivas cosechadas en el Palau.

«Para nosotros es un partido más en una situación incómoda para ambos y quizás tiene morbo para la gente de fuera», aseguró Ramos, que dijo no tener un ánimo de revancha especial y que restó importancia al balance de 2-5 que presentan los dos equipos, ya que considera que «esto no ha hecho más que empezar».

Por su parte, Alberto Alzamora comentó que «es otro derbi y otro partido más» y aseguró que «no hay favoritos». El capitán es consciente de que el pabellón registrará el ambiente de las grandes ocasiones y apuntó a buscar un triunfo que permita rematar las buenas actuaciones que no han terminado en victoria.