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Es el hombre de moda del ViveMenorca. Josep María Guzmán, el teórico tercer base del equipo, ejerció de factor desequilibrante y ejecutó, en un final de infarto, a un Alta Gestión duro y experto, que supo llevar el partido a los cauces que más le convenían, pero que cuando pretendió asestar el golpe de gracia, topó con el joven director de juego badalonés que, de nuevo, rescató a los suyos, conduciéndoles a la cuarta victoria de la temporada.

Se aferra el grupo de Casas al factor cancha como argumento básico para seguir creciendo, y el Fuenlabrada pudo comprobarlo ayer en primera persona, aunque para definir el partido, sudó sangre, pues ya de inicio el Menorca se encontró con dos problemas. La jerarquía de Ramos en la zona y la facilidad de los fuenlabreños en provocar faltas personales, algo inusual en ellos "son el peor equipo de la competición en ese aspecto".

Con todo, el acierto de Stojic en ataque permitía cerrar el primer cuarto con un exiguo "pero favorable" 14-11. En el segundo acto, la presencia en el parquet de Guzmán y Marc Fernández coincidió con la mayor renta hasta entonces (25-18), aunque eso no paliaba los problemas para anotar en las proximidades del tablero rival (mal Moss, frenado Varda).

Ferrán López revitalizó al Fuenlabrada. Mandón, el veterano base catalán activó a sus compañeros de perímetro, Saúl Blanco "recuperado ya de su dolencia en el cartílago" y Paraíso, refrendándose en el electrónico su labor (27-28 a un minuto del descanso), aunque logró recuperarse el Menorca momentáneamente (29-28 en el intermedio). Hasta nueve jugadores locales habían logrado sumar en ataque.