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El Mallorca (11º, 29 puntos) se sube hoy al escenario para representar una de esas funciones que pueden marcar toda la temporada. Recibe al Betis (14º, 28) en un asalto directo por la tranquilidad. La victoria le permitirá respirar a pleno pulmón y tomar cierta ventaja en relación a las catacumbas de la clasificación. No ganar, en cambio, provocará que los fantasmas sobrevuelen de nuevo por la Isla.

Son noventa minutos determinantes para medirle la temperatura a un bloque mallorquín que ni gana ni pierde -cinco empates, tres consecutivos, y una victoria en sus seis últimos encuentros- y al que se le atraganta el gol ante su hinchada (17.00 horas, ONO Estadi). Después de acumular una ristra de empates que no le han permitido escaparse definitivamente del fango, aunque tampoco le han metido de lleno en problemas, el Mallorca quiere dar un golpe encima de la mesa.

Suma ya un puñado de jornadas sin ofrecer ni juego ni goles en casa y comienzan a aparecer fisuras en la moral de la hinchada. Apenas ha abrazado una victoria en Son Moix en una vuelta completa de competición y se ha quedado sin marcar en cuatro de esos seis últimos partidos. El duelo llega después de una semana marcada por los rumores acerca del futuro de Moyà y de los debates generados por el mal momento anímico de Güiza y Jonás.