Inmersos en el tramo decisivo del curso regular, Palma e Inca firman el derbi más decisivo. Tal vez sea el último, ya que el proyecto único con miras hacia la ACB empieza a cobrar forma. El Palma Arena (miércoles, 20.30 horas) será testigo de una cita clave para esta iniciativa y para conocer el porvenir deportivo de ambos conjuntos. La jornada del viernes ha acabado por confirmar el atasco en la parte baja de la clasificación y el reingreso en la misma del Palma. Los de Colino llegan al partido de la máxima en su peor momento desde hace cuatro meses. Tres derrotas consecutivas (La Laguna, Los Barrios y Melilla), dos de ellas en la prórroga, han dejado en el camino doce semanas de imbatibilidad en el multiusos palmesano y sitúan a los celestes a una derrota del descenso directo, un terreno en el que el Bàsquet Inca lleva desenvolviéndose desde hace meses.
No en vano, once jornadas ubicado en la penúltima plaza (el eterno colista siempre ha sido La Palma), desde su aparición en ese escenario el pasado 30 de noviembre, podrían llegar a su fin si los de es Raiguer salen victoriosos del Arena y el Ciudad de Huelva derrota al Gandía.
El panorama que dibuja actualmente la clasificación deja a La Palma descolgado (5-19) y, tras dos victorias consecutivas en el Palau (Melilla y Breogán), a un Bàsquet Inca que ha recuperado las constantes vitales y que empieza a encontrar su mejor línea. La duda del lesionado Danya Abrams (distensión en el muslo anterior de la pierna izquierda, a expensas de conocer si hay rotura muscular) es el gran contratiempo para los gualdinegros, que llegan reforzados deportiva y moralmente a un derbi en cuyo primer asalto se vieron sorprendidos por un irregular Palma. El grupo dirigido a esas alturas por Diego Tobalina (relevado en el cargo por Àngel Colino) se impuso en un final de infarto y gracias a un oportuno Lou Roe (79-81). Los de Ciutat llegaban al primer asalto del derbi en una situación similar a la actual y con el preparador asturiano en la cuerda floja. Diecisiete jornadas después, los dos equipos insulares en la LEB Oro vuelven a topar sobre el parqué, con trayectorias diametralmente opuestas en las últimas semanas, pero con un mismo objetivo y una necesidad que comparten: la victoria.
En el reencuentro de Thomas Terrell con su ex equipo (inició el curso en Inca y lo acabará en Palma), la historia hace un guiño a los anfitriones de la cita.
Los enfrentamientos entre ambos conjuntos, en categoría profesional, dejan un balance favorable a los palmesanos. Desde el curso 2004/05, por entonces en la LEB-2, Alcúdia e Inca dirimen una rivalidad histórica que ha reverdecido gracias a la aparición de la entidad presidida por Guillem Alomar en la élite.
Desde entonces, en ocho ocasiones se han cruzado los destinos de Palma (Alcúdia) e Inca. En siete ocasiones, la liga regular ha sido el motivo, y el balance es de cinco victorias y dos derrotas en favor de los palmesanos. La vuelta de la pasada campaña (87-72) sirvió para romper casi dos campañas en las que el Inca no logró deshacerse (en liga) de su oponente. La Copa Príncipe disputada en Son Moix (05-06) otorgó el triunfo más contundente a los inquenses (97-65), que deja el balance total en 5-3, a favor todavía para los a día de hoy jugadores de Àngel Colino.
Alberto Alzamora, el inconbustible capitán del Inca, es el único jugador que ha disputado todas las ediciones del clásico en su era contemporánea, mientras que Pep Pacreu es el más experimentado en el bando celeste.
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