TW
0
Fernando Fernández Llevan dos años pensando en Pekín, imaginando cada uno de sus movimientos a bordo de su 49er en las temidas aguas y ante los preocupantes vientos que soplarán en Qingdao. Iker Martínez (San Sebastián, 1977) y Xabier Fernández (Tolosa, 1976) atesoran un currículo en el que dos títulos continentales (2002 y 2007) y dos mundiales (2002 y 2004) se ven rubricados con el oro olímpico de Atenas. Lo suyo es una historia de amor por el mar. Y una relación que arrancó en 1998, casi por casualidad y en los albores de una clase que hoy les ha convertido en estrellas mediáticas. Su carrera hacia los Juegos de Pekín viene de lejos, y han elegido las aguas de Mallorca para poner a punto su embarcación y coger rodaje de cara a dos asaltos que condicionan su puesta a punto. El Princesa Sofía (fueron sextos) y el Europeo han estado marcados en rojo en su agenda, pero su mente sigue estando en Qingdao, la subsede de la polémica.

Su método de trabajo es muy estricto. Siempre tienen cerca a su preparador físico, Diego Quintana, un ex baloncestista que llegó a tener minutos en ACB con el Gran Canaria. Poco más de cuatro horas de entrenamiento en el campo de regatas, gimnasio y labores técnicas completan el programa diario. Entre medias, un enorme sacrificio personal y familiar que les debe llevar de nuevo a la gloria olímpica. «Marzo es el mes más importante antes de concentrarnos de lleno en los Juegos», explica Íker, un ex ciclista que cambió las ruedas por las velas, mientras su inseparable compañero explica que «el Europeo va a ser raro. La gente va a por todas, y desde ese momento, todos iremos por libre para vernos de nuevo en China». Con el billete olímpico en el bolsillo, bien posicionados en el Plan ADO y arropados por patrocinadores como Movistar y Grand Krust, los vascos han elegido de nuevo Mallorca «porque es el mejor campo de regatas del mundo. El viento térmico es excepcional, o el del norte que viene de tierra hace más fácil la navegación. Es un sitio ideal», asevera Íker. Por ello, ambos no acaban de entender la decisión de Madrid 2016, que ha cambiado Palma por Valencia. «Las decisiones son políticas y no miran sólo por lo deportivo. La de Palma sería la opción más lógica, pero Valencia es una buena elección», apunta Xabi. La polémica sobre el campo de regatas de Qingdao está muy presente en el varadero, y ambos no esconden que «vamos a un sitio en el que las condiciones no son buenas, y en China hay mejores campos de regatas. Pero al final, el mejor será el que se lleve la victoria», admite el donostiarra, mientras que Martínez apostilla que ellos van a ir «a por otro oro, pero a lo mejor con menos presión que el resto, porque ya lo hemos ganado».

Algo tienen claro, y la experiencia les avala, ya que «los Juegos son el gran escaparate para la vela. Ganar en Atenas fue inmensamente importante para nosotros. Mediáticamente, la vela vende, y los resultados marcan las diferencias». Pero la carrera hacia los Juegos va más allá de la pura competición. El escaso viento, el calor y la humedad de Qingdao hará que ambos tengan que amoldar su peso hasta los 140 kilos entre los dos, aprovechando la libertad que el reglamento ofrece en ese aspecto. Pero para eso quedan unos cuantos meses, la cuenta atrás hacia una carrera que se ha convertido en un reto personal para dos de los regatistas más mediáticos que a día de hoy posee la vela olímpica española. Dos de los muchos que tienen en Mallorca, y en s'Arenal, un lugar de peregrinación para encarar con mayores garantías retos como el que se avecina.