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Nuevo final de infarto en el Pavelló y enésimo triunfo isleño en el último segundo. Abonados a la taquicardia, los hombres de Ricard Casas ratificaron ayer ante el iurbentia, un rival que se le había dado especialmente mal en las recientes confrontaciones entre ambos, su extraordinaria capacidad para decantar los choques cuyo signo definitivo no se resuelve hasta el bocinazo final.

Si en Sevilla fue el doble error de Kakiouzis desde los 6.25 lo que permitió atrapar un triunfo especialmente significativo en la clasificación, ayer fue el americano Lucas Recker quién, con su yerro, permitió al grupo de Ricard Casas engordar aún más su estadística de victorias. Once partidos ganados engalanan la brillante trayectoria menorquina en su tercer año ACB. A un paso del objetivo se ha situado un Menorca que, tras un dubitativo inicio de curso, se apresta a enfilar la recta final del mismo con los deberes casi hechos.

Ante el iurbentia, no importó la ausencia de Bazdaric. No afectó el que Jesús Fernández ni se despojara del chandal, del mismo modo que el equipo tampoco acusó el aciago día de Marinovic, Stojic o Stefanov en labores de ataque. Una proverbial defensa, unido al poderío reboteador colectivo, personificado en la figura de Kaloyan Ivanov "20 capturas para el búlgaro", compensaron el mejor juego rival. El Bilbao dominó el «tempo» del partido, dispuso de varias oportunidades para sentenciar, última posesión incluida, y se fue de vacío. Es lo que tiene jugar frente al Menorca al calor de su fiel hinchada.

Amparados en la omnipresencia de Varda en tareas ofensivas, el cuadro local cimentó su bagaje ante la canasta rival en los puntos del serbio. Entre él e Ivanov anotaron todo durante el primer cuarto (16-20), aumentando ambos sus prestaciones a lo largo del segundo parcial (35-38). El ex yugoslavo se fue al descanso con 15 puntos. El búlgaro, con 4, y 11 rebotes. Recker (11 puntos) daba réplica por parte vasca
Tras el intermedio, la igualdad y las alternativas en el luminoso presidieron el desarrollo del juego, (40-38, 44-46, 53-54, final). El Menorca salvaba en defensa lo que malgastaba en ataque, y los de Vidorreta desaprovechaban un par de opciones para abrir brecha. A tenor de lo acontecido hasta entonces, era sencillo advertir el tipo de final que aguardaba, aunque a punto estuvieron los hombres de Casas de reventar el guión. A menos de 4 minutos para el cierre, un par de acciones de Ivanov y Guzmán (triple del ala-pívot y acción de 2+1 del badalonés) obligaron a Vidorreta a llamar a capítulo a los suyos (68-62). Se rehizo con brillantez el iurbentia. Un canastón de Lewis abrochaba de nuevo los guarismos (68-67) y un mate de Ilic reconducía la situación para los suyos (68-69).

El cara o cruz estaba servido. Moss erraba dos tiros libres y Guzmán se precipitaba en una bandeja. El Bilbao, a 30 segundos, dominaba (70-71) y tenía el balón, pero Ilic no acertaba en un cómodo tiro, y Shirley, desde los 4.60, devolvía la iniciativa, restando apenas 20 segundos (72-71). En la última acción, Huertas apuró el reloj, pasó a Banic, éste a Recker, y el americano, sorprendentemente, marró un cómodo lanzamiento.