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Tolo Jaume El primer tercio de 2008 está deparando una extraña sequía en la trayectoria de Rafael Nadal, que se despidió de Indian Wells tras haber mostrado su mejor versión del curso ante Tsonga y Blake y después de haber sucumbido ante el jugador más en forma del curso, Novak Djokovic, que ya amenaza el monopolio del manacorí y Federer desde su reforzado liderato en la Race. El tenista mallorquín no logra llevarse un título a la boca desde julio de 2007 o lo que es lo mismo desde que la arcilla desapareció de su calendario. Nadal conquistó su último torneo en Stuttgart sobre polvo de ladrillo y el triunfo se le ha resistido desde entonces, algo que no se repitió en las temporadas precendentes en las que se disponía a irrumpir en Miami con logros en sus vitrinas.

El rey de la tierra accederá al mes de abril sin ningún título en el equipaje que desplaza al estado de Florida, algo que no le sucedíadesde 2004 cuando su nombre aún no era habitual en las rondas finales. Y es que a principios de 2005 explotó en su periplo sudamericano (Costa do Sauipe y Acapulco), en 2006 brilló en Dubai consiguiendo su primer trofeo sobre pista rápida precisamente ante Roger Federer y en 2007 dejó atrás la cita con Los Angeles tras haberse hecho con el título en Indian Wells superando a su último verdugo.

El invierno acaba de tocar a su fin y la hibernación de Nadal está a punto de terminar. La temporada de tierra se vislumbra en el horizonte, pero todavía resta el desafío de Miami. El mallorquín ha acreditado un rendimiento al alza en sus prestaciones sobre pista rápida, aunque aún debe mejorar algunas lagunas en el servicio y la volea para marcar las diferencias y no sufrir tanto como lo ha hecho en los escalones previos a la reconquista de Indian Wells. La dureza de los enfrentamientos ante Tsonga y Blake condicionaron una semifinal en la que la superioridad de Djokovic, que llegó al envite con menos kilómetros en sus piernas y menos horas sobre la pista, no ofreció dudas.

En cualquier caso, Nadal llegará a Miami después de haber sido finalista en La India en su primer torneo del año que se le escapó ante Youzhny tras una durísima semifinal ante Carlos Moyà y después de haber conseguido su mejor registro de siempre en el Open de Australia alcanzando las semifinales.

El gran beneficiado del paréntesis de éxitos de Rafael Nadal y el extraño inicio de temporada de Roger Federer está siendo Novak Djokovic. El joven tenista serbio se ha empeñado en convertir la puja por la cima de la ATP en una cosa de tres y ya domina la Carrera de Campeones como el mejor jugador del año tras haber conquistado su primer grande en Australia y haber dejado constancia de una imponente progresión que deberá refrendar a base de una regularidad que había sido una de las asignaturas pendientes de un jugador que ahora defenderá el título que conquistó el año pasado en el Masters Series de Miami.

Federer, que ha superado una mononucleosis, sólo ha aparecido en los «bolos» con Pete Sampras y ha ofrecido unas prestaciones alejadas de las que acostumbraba en los tres torneos que ha disputado hasta el momento. El suizo cayó a las primeras de cambio en Dubai y fue semifinalista en Australia y recientemente en Indian Wells, algo que ha alimentado las esperanzas de quienes esperan que baje el listón para tratar de poner punto y final al periplo de dominio más prolongado de la historia del ranking ATP.