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Efe |BARCELONA
Ganar al Schalke 04 y clasificarse para las semifinales de la Liga de Campeones para seguir aferrándose a la única competición en la que Barça aún tiene verdaderas opciones de éxito: cualquier resultado que deje a los de Rijkaard fuera de Europa convertiría lo que resta de temporada en un auténtico calvario y dejaría al técnico holandés al borde de la destitución.

Una derrota del Barcelona escenificaría el final de un ciclo y lo precipitaría todo: el relevo en el banquillo, el traspaso de varios jugadores que hasta ahora habían sido piezas clave en el esquema del conjunto azulgrana y la contratación de refuerzos con vistas a la próximas campaña.

Además, agudizaría una crisis institucional que afloró con la pañolada con la que el público del Camp Nou explotó tras el empate ante el Getafe (0-0) y que podría alcanzar dimensiones insospechadas tras otra temporada en blanco.

En cualquier caso, el equipo tiene todo en su mano para que eso no ocurra. Logró un buen resultado en la ida (0-1), se la juega en casa ante un rival menor y además siempre se ha mostrado fiable en la 'Champions', todo lo contrario que en el torneo doméstico, donde ha fracasado cada vez que se le ha presentado una oportunidad de acercarse al Real Madrid en la clasificación.

Para este partido, Rijkaard sigue sin poder contar con Deco (elongación en el sóleo de la pierna derecha), Ronaldinho (rotura del aductor de la pierna derecha) y Messi (rotura del bíceps femoral de la pierna izquierda). Mientras que Deco y Messi podrían reaparecer en los próximos días, Ronaldinho parece haber dicho adiós a la temporada y al Barça.