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Fernando Fernández Joan Horrach (Caisse d'Epargne) y Toni Colom (Astana) representan dos versiones calcadas, pero a la vez distantes de entender el Giro de Italia más exigente de los últimos años. La primera grande del calendario arranca este sábado en Palermo, con 3.423 kilómetros que les conducirán hasta Milán (1 de junio) y un perfil accidentado. La montaña, las ausencias con el dopaje de fondo (Petacchi, Patxi Vila...) y el pasaporte biológico definen la entrega de 2008 de una prueba en la que Horrach quiere repetir la victoria de Sestri Levante en 2006, mientras que Colom tiene claro que sale para trabajar para Contador, Leipheimer y Klöden, el trío de ases de un Astana repescado en el último suspiro.

No serán los únicos mallorquines en liza. El asistente Pep Toni Escandell compartirá expedición con el veterano (34 años) profesional de Deià, un fijo para Eusebio Unzúe en un Giro que se presume «duro, como siempre. Pero la exigencia la pondremos nosotros mismos. Ya veremos cómo llegamos a la última semana. Será brutal, y si no estás bien, te puedes volver para casa», apunta Horrach, que tendrá en Rujano y Karpets a sus jefes de filas, «pero ojo con 'Purito' Rodríguez», advierte.

Colom ha cambiado el bañador por el coulotte y afronta su puesta de largo en Italia, donde el Astana llega con cartel de aspirante a todo. El bunyolí sabe que va «a currar para mis jefes», aunque avisa que «mayo es un mal mes para mí. El cansancio de la temporada, las alergias... Veremos qué pasa, pero si se presenta una oportunidad, y me dejan, iremos a por ella», comenta.

Preguntados por una hipotética escapada mallorquina y un final de etapa con el triunfo en juego entre ambos, ninguno de los dos se moja. «Si vamos los dos, no sé quién ganará. Pero si va otro con nosotros, ése no gana. Te lo aseguro», bromea Horrach mientras su amigo y compañero de entreno asiente.

Puertos como el Gavia (Cima Coppi), Mortirolo, Aprica, Pordoi, San Pellegrino, cuatro etapas contra el crono y las llegadas en masa reducen el abanico de posibilidades de triunfo parcial. «Quedarán 6 ó 7 etapas para 170 tíos. Cada uno que haga sus cuentas», explica Colom, a quien no agradan las jornadas de descanso en carreras de tres semanas «porque pierdes ritmo».