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C.R. / T.J. El fútbol balear ha vuelto a recuperar el peso que tenía antaño entre los más modestos de la pasarela nacional. Los ascensos conseguidos ayer por el Atlètic y la Peña Deportiva, unidos a la permanencia del Eivissa, propiciarán que el balompié isleño se adentre en el próximo ejercicio con una representación de lujo a sus espaldas. Desde la temporada 1990-91, cuando Mallorca B, Sporting y Manacor convivían en el grupo IV, no se alcanzaba un registro parecido.

En apenas dos años, la situación ha sufrido una metamorfosis radical. El descenso del Mallorca B a finales de la 2004-05 abrió una amplia zanja que dejó huérfana de isleños a la categoría de bronce. Sin embargo, la entrada en vigor del nuevo formato de las fases de ascensos, que cambiaron el sistema de liguillas por las eliminatorias directas, ha dibujado nuevos horizontes. La temporada pasada el Eivissa abrió la veda tras superar al filial del Sporting de Gijón y al Andorra de Teruel y ahora han seguido su ejemplo el Atlètic (Universidad de Oviedo y Gernika) y la Peña (Mutilvera y Don Benito), que colorean el fútbol del archipiélago con las mismas tonalidades que lucía en los ochenta y principios de los noventa.

La mejor época se vivió entre 1987 y 1991. Sporting, Poblense, Badia, Constància, Atlètic, Santa Ponça, Eivissa o Manacor (más tarde lo haría también la propia Peña Deportiva) circulaban con soltura por la categoría y establecieron una interesante rivalidad deportiva que en los últimos años se había reducido a la mínima expresión. Ahora al grupo XI de Tercera le faltará algo, pero seguro que el saldo final será positivo.