La regata previa al comienzo de la decimocuarta Copa Breitling sirvió para probar velas, medir fuerzas y embarcar a observadores que puedan contar como se navega en un TP 52.
El privilegio es inmenso; miden el viento y obran en consecuencia para ir más rápido. Los TP 52 son los fórmula uno del mar y hay pocas diferencias estructurales entre ellos, son quince barcos que compiten en igualdad de condiciones, quien llega primero gana, no hay tiempo compensado.
Todos deben pesar un máximo de 1.273 kilos. Más peso beneficiaría a quien lo llevara, a veces hay controles, pero es un deporte de caballeros, el que mira mejor el viento es el que gana. El ONO es un barco patroneado por Iñaki Castañer, director de esta orquesta con otros 14 profesores. Ninguno desafina. Castañer ganó el Campeonato del Mundo en cinco ocasiones y la Copa del Rey dos veces, galardones que le acreditan sobradamente para capitanear este equipo humano que trabaja de sol a sol. Cada vez que tienen que virar, la maniobra alcanza un alto grado de acción, cada marinero cumple con precisión su rol encomendado, no hay choques.
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