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Fernando Fernández |PEKIN
El cúmulo de emociones que destilaban Joan Llaneras y Toni Tauler tras completar con una plata en americana la brillante actuación del ciclismo balear en Pekín 2008. La despedida oficial y definitiva de Llaneras, quien reiteró que «es una decisión meditada y no hay vuelta atrás», recordando que a partir del 1 de enero se incorporará a la dirección técnica del Palma Arena. El de Porreres no dudó en afirmar que esta medalla «es un sueño», en consonancia con una despedida «que jamás me pude imaginar que fuera así, con un oro y una plata». De la misma manera, tanto Joan como un Toni Tauler que no acababa de asimilar que lo habían conseguido, tuvieron un recuerdo especial para el desaparecido Isaac Gálvez y el lesionado Carles Torrent (iba a ser el compañero de Llaneras, pero una caída en Portugal le provocó una fractura de fémur y la consiguiente baja). «Va por ellos», dijeron, aunque el grueso de las atenciones se centraron en el heptacampeón mundial, que admitió haber sufrido durante los cincuenta kilómetros de la Madison «tanto, que no he pensado en que era mi última carrera. Ni me planteo qué voy a hacer a partir de mañana (por hoy)». Recordó Joan que «los deportes pequeños vivimos especialmente de los resultados de los Juegos Olímpicos y conseguirlos así, es un orgullo añadido». Pese al doblete, el mallorquín fue tajante al afirmar que «todas las medallas son difíciles».

Sobre la carrera de ayer, el hecho de no partir como favoritos y el apenas haber tenido tiempo para rodar con una pareja que jamás se había visto sobre la madera, como la que formaba con Tauler, hizo que la sorpresa fuera mayor para el vigente campeón olímpico de la carrera a los puntos. «No contábamos con estar entre los favoritos, pero le dije a Toni que tapara huecos, que se dosificara y que tirara cuando llegara el momento».

El escaso margen de tiempo que han tenido ambos para trabajar (apenas dos sesiones de técnica) no ha sido un hándicap para los pistards mallorquines, pese a que Llaneras fue quien apostó por Tauler, que aprovechó su éxito para ofrecérselo a su madre como regalo de cumpleaños, «sacrificando la técnica por el motor. La decisión ha sido acertada y aquí estamos, con una plata en el cuello», sentenció Llaneras, que bromeó sobre la suculenta beca que dejará de percibir al retirarse del ciclismo. «Me voy, es una lástima, y encima pierdo una cantidad de dinero importante (risas)». Además, confesó que en más de una ocasión «se me ha pasado por la cabeza la posibilidad de seguir, todos los días, creo, pero ya tenía una decisión tomada», dijo el corredor, que llegó de nuevo al velódromo de Laoshan montado en su bicicleta desde la Villa Olímpica, donde Llaneras ha recibido multitud de felicitaciones. «Más que por la medalla, me gusta que me feliciten por la carrera», en referencia a los puntos.

De su dilatada trayectoria, espera el siete veces campeón del mundo haber dejado «un buen recuerdo y una manera de correr que sirva a los que vienen por detrás».

Joan quiso agradecer el apoyo de su gente -muchos de ellos presentes en Pekín-, de sus padres, y de «mi principal espónsor, Illes Balears. Normalmente, las ayudas son becas que son consecuencia de los resultados, pero yo he contado con su apoyo siempre, y eso en un deporte como el nuestro resulta vital para trabajar en condiciones».

Las constantes felicitaciones que recibió el doble campeón olímpico de puntuación fueron recibidas con cariño por el balear, para quien «hay mucha gente que no quiere que me retire, pero seguro que hay otros que lo esperaban para poder tener sus oportunidades», dijo en todo jovial un Llaneras feliz, que preguntado por la cantidad de éxitos de los deportistas de la Comunitat en Pekín, fue tajante al hallar su raíz en «una genética perfecta. En Mallorca y en el resto de las Islas se dan las circunstancias para que salgan grandes deportistas. Hay un buen nivel de vida, un clima agradable y eso ayuda a que la gente haga deporte», advirtió.

Tauler radiaba felicidad, aunque daba buena parte de la culpa de la plata a su compañero. «Él es el que manda», espetaba el ciclista residente en Son Serra de Marina, que reconoció que lo había pasado «mal, en especial cuando íbamos a ganar vuelta y no podíamos. Al final, nos limitamos a defender que nadie cogiera vuelta y con eso tendríamos medalla». Toni llegaba con la meta de «hacer un buen tiempo en la persecución, y la americana era un orgullo poder correrla en el adiós de Joan. Él es un crack y no merecía menos», explicó el campeón de España de americana y contrarreloj y ex profesional de ruta, que quiso regalar a su madre en el día de su cumpleaños un logro histórico.