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José Antonio DiegoPEKIN

Juan Carlos Higuero en 1.500 y Frank Casañas en disco consiguieron honrosos quintos puestos en sus finales olímpicas, en una jornada que prolongó la tradición de fracasos de Mario Pestano, sólo noveno en disco, en grandes campeonatos.

De haber repetido aquí Pestano la marca que hizo hace tres semanas en los campeonatos de España (69,50) habría conseguido el título olímpico con un margen de 68 centímetros sobre el segundo.

Higuero, por el contrario, cuajó su mejor actuación en unos grandes campeonatos, justo el año en que ha sido desposeído de su título nacional.

El bahrainí Rashid Ramzi, campeón mundial en Helsinki 2005, lanzó el ataque decisivo a 200 metros del final y ganó con un tiempo de 3:32.94 por delante del keniano Asbel Kiprop, que le llegó a poner en serios aprietos, y del neozelandés Nicholas Willis.

Higuero ocupó posiciones retrasadas casi todo el tiempo, pero tuvo fuerzas para ganar en la última vuelta cuatro puestos hasta llegar al quinto.

Frente al fracaso de Pestano (noveno cuando era uno de los tres favoritos), Frank Casañas consiguió un magnífico quinto en la final de disco con un lanzamiento de 66,49. Casañas logró ese tiro en la sexta y última ronda, a la que no pudo llegar Pestano, que se quedó por un centímetro fuera de la mejora, condenado al noveno puesto con una marca de 63,42 metros.

Pestano y Casañas -por primera vez dos españoles en una gran final de lanzamientos- no empezaron con buen pie. En su primer tiro el canario rebasó a duras penas los 60 metros (60,46) y el ex cubano ni eso (59,54). Ambos mejoraron, y en parecida medida, en la segunda ronda: 62,84 Pestano y 62,16 Casañas.

Casañas elevó su marca a 64,97 en el quinto tiro pero se guardó lo mejor para el final: 66,49, el quinto puesto y el mejor resultado de un discóbolo español en alta competición.

Jackson Quiñónez, finalista el año pasado en los Mundiales de Osaka, se clasificó para las semifinales de 110 metro vallas gracias a su tercer puesto en la última serie con una marca de opciones de ganar una de las cuatro plazas de repesca. Corrió la cuarta serie por una de las calles centrales, la cuarta, y se mantuvo a lo largo de toda la carrera en puestos de clasificación. Mercedes Chilla, que obtuvo en los Europeos de Gotemburgo la primera medalla del atletismo español en el sector de lanzamientos, se clasificó para su primera final olímpica con un lanzamiento de 61,81 metros.

No necesitó agotar sus tres intentos. Chilla, de 28 años, necesitaba lanzar 61,50, la marca de clasificación automática, y en su primero se quedó en 56,98, pero a la segunda lanzó el dardo a 61,81, claramente por detrás de la cinta que delimitaba el territorio de las finalistas.

En su única experiencia olímpica hasta ayer (Atenas 2004) Chilla se había quedado fuera de la final con una marca de 58,45, y dos años después logró el que todavía es récord de España.

Por el contrario, Concepción Montaner, cinco veces campeona de España de longitud, volvió a fallar, como en Sydney 2000, la final olímpica al quedarse fuera en la calificación.

Montaner necesitaba olvidar su fracaso en Sydney, donde no fue capaz de hacer un solo salto válido. Ayer, en su primero se fue a 6,53, una marca estimable para empezar pero todavía a 22 centímetros de la marca de calificación. Pero después no mejoró: 6,42 y 6,43. Su marca no fue suficiente para estar en una final barata a la que se accedió con 6,60.

No le fue mejor a otra valenciana, Dolores Checa, que resultó eliminada en las primera serie de 5.000. Después de haber hecho todo el gasto, tirando en cabeza durante siete vueltas, se quedó sin fuerzas cuando a 450 metros del final se desencadenó un ataque masivo. Acabó decimotercera con un tiempo de 15:31.22, a 36 segundos de su marca.

EfePEKIN

La selección española masculina de hockey sobre hierba peleará por las medallas en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 después de derrotar con trabajo por 2-1 a Corea del Sur, en un partido donde el protagonista fue Santi Freixa.

Considerado como uno de los mejores jugadores del mundo, el catalán acudió al rescate de los de Maurits Hendriks como hiciese en el choque ante Nueva Zelanda. En un partido a todo o nada, el delantero anotó los dos goles del triunfo, uno de gran jugada y otro de 'penalti-corner', para acabar con la resistencia asiática.

España, presionada por la victoria alemana ante Nueva Zelanda, fue globalmente superior a su rival. Muy fuerte en defensa, sólo concedió oportunidades de 'penalti-corner' al gran especialista Jong Hyun Jang con todo casi decidido, y únicamente pasó apuros serios en el tramo final de la primera parte, cuando los coreanos apretaron mucho y surgió entonces la figura de Quico Cortés en la portería.

El portero hizo de oro el gol de Santi Freixa a los 13 minutos, después de una gran jugada individual y que premiaba el buen inicio del combinado nacional, con ocasiones claras y empequeñeciendo por momentos a su rival.

Sin embargo, los últimos minutos fueron de peligro coreano, sobre todo por medio del capitán Seo Jong Ho. La defensa española se mantuvo sólida, y cuando era superada, Cortés estuvo ágil para evitar el empate.

Ahora, la selección española, ya en semifinales, se medirá a la vigente campeona Australia, que ayer empató con Gran Bretaña (3-3) en la última jornada del grupo B.