Toni Tauler y Joan Llaneras. Foto: EFE/Julio Muñoz

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La trayectoria del que ya es el mejor olímpico español de todos los tiempos (dos oros, en puntuación en Sydney y Pekín, y dos platas, una en puntuación en Atenas y la de americana de 2008) no podía tener un final más idílico. Pocos apostaban por una pareja inédita para la americana. Apenas dos sesiones de entrenamiento y tres semanas para asimilar la noticia les han bastado a Joan Llaneras y Toni Tauler para redactar la que es una de las páginas más lustrosas que recuerda el deporte balear en toda su historia. Las Islas ya acumulan dos títulos (Nadal y Llaneras) y una plata (Llaneras y Tauler), igualando el número de metales de Barcelona 92, donde se cosecharon tres oros. Y eso que se quedaron a un punto de Argentina, campeona olímpica, y reclamaron un mal cálculo que pudo haberles llevado a lo más alto del cajón. Todo, en el día en el que todos apuntaban a un Llaneras que cerraba en el velódromo de Laoshan un currículo de vértigo, al que además de la cuádruple gloria olímpica hay que añadir siete títulos mundiales de pista (tres de americana y cuatro de puntuación) y una larga serie de campeonatos nacionales y victorias en la Copa del Mundo. Con 39 años y la única cuenta pendiente de colgarse una medalla en los Juegos junto al desaparecido Isaac Gálvez, el de Porreres ya ocupa un lugar destacado en los anales de nuestro deporte.

Joan y Tauler eran los 'tapados'. La lesión de Carles Torrent obligó a optar por el único capaz de soportar la exigencia de la Madison. Cincuenta kilómetros, doscientas vueltas a un ritmo de vértigo que sólo un todoterreno como el de Santa Margalida (diploma y sexto en persecución individual) podía aguantar en compañía del más grande.

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