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Escondido en un rincón de la actualidad, oculto bajo el manto mediático que abarca el futuro propietario de la SAD balear, con Vicenç Grande recluido en la Isla, el Real Mallorca persigue hoy en Riazor su primera alegría de la temporada. La terapia de Manzano es sencilla: mirar hacia atrás no sirve de nada. Con medio vestuario renovado, el bloque necesita tiempo para asimilar los nuevos conceptos. Ese es el mensaje que ha lanzado en las vísperas de un partido con el que arrancará una semana de órdago, con Numancia (jueves) y Racing (domingo) en el horizonte: (17.00 horas, Riazor. PPV).

Manzano sigue a vueltas con el once. Si respeta las cartas que enseñó, introducirá hasta cinco cambios. Pero lo que su equipo necesita es volver a creer en sí mismo. El Mallorca ha bajado los brazos en cuanto le han golpeado (en Mestalla) o ha sido incapaz de templar la calma con el marcador a favor hasta dejarse igualar (Osasuna). Ganar en Coruña, que supondría la victoria 100 de Gregorio Manzano en Primera, traería tres puntos, pero también una notable ración de autoestima a un grupo cuyos niveles de confianza están bajo mínimos.

El Mallorca de este amanecer de Liga, como reconoció el viernes el propio técnico («no me han gustado muchas cosas del equipo»), es un equipo obtuso al que le cuesta moverse sobre el campo con clarividencia. Manzano ha apostado por mostrar un equipo ofensivo, pero vistos los resultados, quizás opte en Coruña por tapar la cabeza aunque para ello se destape los pies. Sin Ibagaza ni Borja, el equipo adolece de brújula. También la ausencia de Güiza y el refuerzo de Aduriz ha provocado que el de Bailén modifique su pizarra, el esquema e incluso la filosofía. Manzano removerá sus piezas. Con Moyà inamovible bajo los palos, en la zaga podría haber novedades en ambos carriles. Martí se perfila como el inesperado sustituto del sancionado Josemi. Sustituto de Alves en el Sevilla, el mallorquín podría sacrificarse para taponar ese carril. Con Nunes y David Navarro como fijos en el corazón de la línea de fondo, en la banda izquierda aparecen más incógnitas. El rendimiento de Corrales no está siendo el esperado y Ayoze se antoja titular. En la sala de máquinas también habrá caras nuevas. Mario Suárez y Cléber Santana formarían el doble pivote, con Varela en la banda derecha y Arango por la izquierda. Jurado y Castro, titulares ante Osasuna, se caerían. Y arriba, más novedades. Trejo entraría en lugar de Webó para formar el ataque junto a Aduriz. Con este sistema, resultará fundamental el juego que se cocine por las orillas.

Enfrente, el Mallorca tendrá a un rival que ha dado muestras de una irregularidad extrema. Lotina no sólo no ha encontrado el equipo, sino que tampoco parece haber dado con la tecla del esquema. Frente al Real Madrid deslumbró con su contragolpe, su sistema de 4-2-3-1 y su pegada en las jugadas de estrategia, con dos goles de cabeza. Unos días más tarde, con un 4-3-3, se desplomó y cayó en Villarreal tras encajar un tanto. Y el pasado jueves, en la UEFA, el 5-3-2 tampoco funcionó y acabó doblando la rodilla con rotundidad. Con Valerón recuperado, su fuerte estriba en la izquierda gracias a la zurda de Guardado y, arriba, se turnan Riki, Mista y Omar Bravo.