Después de su derrota en Soria (1-0) y el empate en casa ante el Racing (1-1), el Barça llegaba a Gijón con la obligación de lograr su primer triunfo liguero, que otorgara tranquilidad a un equipo que al fin, comenzó a vislumbrar la enorme calidad que tiene.
Pep Guardiola decidió seguir dejando fuera del equipo inicial a Bojan -que participó del festival 'culé' en la segunda mitad- y en el mismo figuró el joven Sergio Busquets, que completó un gran partido.
Manolo Preciado sacó tres novedades con respecto al equipo que perdió (4-3) en Sevilla un partido que dominaba por 0-2 a los veinte minutos. Del centro del campo se cayó de inicio Míchel, cuyo puesto ocupó Andreu. En el centro de la defensa prescindió de Colin, en favor de Gerard, que estuvo bien hasta que fue expulsado por una dura entrada al argentino Lionel Messi; y por la izquierda de la misma dejó fuera a Canella, en benefició de Raúl Cámara, al que le tocó la peor pareja de baile posible: Samuel Etoo.
Fue precisamente el camerunés el que prácticamente dejaba resuelto el encuentro apenas pasada la primera media hora, al rematar de cabeza, sobre la línea de gol, otro testarazo de Puyol a la salida de un córner.
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