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Sepultados ya los primeros complejos del curso, al Mallorca le toca ensanchar su horizonte. El conjunto bermellón volverá a actuar esta tarde en Santander, pero esta vez lo hará con la mente despejada, sin el lastre que limitaba hasta ahora sus movimientos. Los isleños, gracias a su raquítico triunfo sobre el Numancia, han encontrado la puerta de la esperanza y quemarán hoy su primera oportunidad para alcanzar la velocidad de crucero, para mirar al frente con optimismo. Visitan el domicilio del Racing y aunque la victoria parece cara, el tercer esfuerzo de la semana merece la pena. No sólo por los puntos que hay en juego. El triunfo arruinaría psicológicamente a los cántabros y zarandearía con violencia a uno de los enemigos íntimos del torneo. Y eso, a largo plazo, puede reportar unos beneficios enormes (El Sardinero, PPV, 17.00 horas).

Las versiones actuales de Racing y Mallorca poco tienen que ver con aquellas que discutieron hasta el último segundo de la temporada pasada por una posición con vistas a la UEFA. Los baleares han acondicionado su plantilla según las exigencias del mercado y los montañeses, pese a conservar la armadura con la que engancharon la mejor clasificación de su historia, se basan ahora en un manual diferente. Se fue Marcelino García Toral y con él su esencia, que ha dejado al equipo desprotegido.

Su lugar en el banco lo ocupa ahora Juan Ramón Muñiz, al que se le amontonan los compromisos y el trabajo. Las responsabilidades se han duplicado con la entrada en Europa y al parecer, la plantilla sigue sin aceptar su nuevo rango, el mismo que le ha reservado para el jueves un duelo a vida o muerte en Finlandia. Y si en la UEFA le acechan las dudas, en el torneo domestico todavía no ha salido del garaje. Cierto es que ha estrenado el campeonato ante los clubes más poderosos, pero también que ha perdido la magia en la que se inspiraba hasta no hace mucho. Por eso, en capital cántabra han señalado con un círculo la batalla de esta tarde. Un error ante el Mallorca y un nuevo patinazo en Helsinki consumirían por completo la herencia del proyecto anterior y dejarían al equipo desnudo frente al precipicio.

El Mallorca, en cambio, llega al encuentro con una leve ventaja. Su juego no despierta pasiones, pero ya tiene cinco puntos en la mochila y con otros tres igualaría la tarjeta que presentaba el ejercicio anterior en este mismo punto de la película. Ver para creer. El impulso cobrado frente al Numancia ha despertado los sentidos de un grupo que precisaba estímulos y si la relajación no cala en el vestuario, hay razones para ser moderadamente optimistas.

En esta ocasión, las dudas se centran en saber cómo encarará Manzano el partido. Si mantendrá el bloque que agarró la primera victoria del ejercicio o si apuesta por las rotaciones para equilibrar la carga de la plantilla. La falta de espacio entre partido y partido apenas le ha dejado analizar sus variantes, aunque todo apunta a que hoy volverá a cambiar el aspecto del once. Entre la expedición, que se concentró durante la tarde de ayer en un hotel frente a la playa de El Sardinero después de un viaje por carretera que partió de Bilbao, sólo faltan el lesionado Germán Lux y los descartados Scaloni y Juanmi Callejón. Curiosamente, éste último ha pasado de ser titular a ver a sus compañeros por televisión. Y en sólo tres días. La buena noticia es que Ayoze vuelve a la lista tras superar los problemas que sufría en la rodilla y que podrá enfrentarse a sus ex compañeros, ya que tiene muchas opciones de recoger el testigo de Corrales en el carril zurdo de la defensa. El técnico medita también varios cambios en el centro del campo, aunque a partir de ahí, casi todos sus planes son una incógnita.