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Ramón Orosa|BILBAO
Javi Casquero, con una sutil y preciosa vaselina desde unos 25 metros, dio la victoria al Getafe en un partido en el que debió haber goleado el Athletic, que dispuso de muchísimas ocasiones para marcar antes de que el veterano centrocampista toledano decidiese el encuentro con su espectacular golazo.

La riada de ocasiones sobre la meta de Jacobo a partir de la media hora de juego fue continua, pero a los delanteros locales les faltó tino, instinto, acierto y calidad. Además, el meta visitante gozó de una tarde verdaderamente afortunada para los suyos.

Este resultado deja al Athletic mirando hacia abajo en la tabla, mientras que el Getafe se anima hacia la zona noble. De todos modos, si ambos repiten el choque de ayer con asiduidad, en cuanto a juego, lo normal es que sus caminos se entrecrucen más pronto que tarde.

Porque, a pesar del 0-1, Víctor Muñoz tiene que estar preocupado por la endeblez defensiva de su equipo y, en cambio, lo único que puede lamentar Joaquín Caparrós es la espesura de su equipo ante la meta rival y el resultado final.