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Iñaki Dufour|MADRID
El Real Madrid aprovechó los regalos del Atlético de Madrid, uno antes del primer minuto y otro en el último, para sumar un nuevo triunfo en el derbi, en el que, tras encarrilar el duelo en los primeros segundos y encajar el empate en el tramo final, encontró un tanto salvador del argentino Higuaín de penalti. (1-2)
La historia reciente de estos partidos tampoco cambió esta campaña en el Calderón, donde el equipo blanco no pierde desde hace nueve años, casi siempre marca primero, y rápido, y obliga a los rojiblancos a ir a remolque. Son demasiadas concesiones para un equipo tan fiable como el Real Madrid (1-2).

En 34 segundos, en la primera jugada, de la misma forma que el año pasado, el Madrid ya mandaba en el marcador con un gol de Van Nistelrooy, siempre infalible sobre la portería rival. Su disparo sorprendió al descolocado Leo Franco.

Ni siquiera dio tiempo a que se librara la primera batalla planteada por los entrenadores en el centro del campo. Schuster, sin el malí Diarra ni Guti, contó con Gago y De la Red; Aguirre renunció a las bandas por cuatro medios puros.

El paso de los minutos demostró que la apuesta rojiblanca fue errónea. Tanto en ataque, donde el argentino 'Kun' Agüero y el uruguayo Diego Forlán eran dos islas contra siete jugadores rivales, más Iker Casillas, como en defensa, porque el equipo blanco también tenía el balón y lo usaba mucho mejor en sus acciones ofensivas.

Ya fuera Raúl González, Van Nistelrooy o el argentino Gonzalo Higuaín, el Real Madrid dinamitó la zaga del Atlético cada vez que llegaba a las cercanías del área de Leo Franco, sobre todo por las bandas o en algún saque de esquina, como el que supuso un gol anulado al holandés por fuera de juego. Su posición era legal.

Además, en la cuenta de ocasiones madridista ya figuraba un disparo al larguero de Sneijder, a los dos minutos. Del Atlético, muchas menos noticias, sólo las arrancadas de Agüero, solo contra todos los defensas del Madrid, y un tiro esporádico de Mariano Pernía, detenido por Casillas.

Menos aún cuando Perea se marchó a la ducha con roja directa por un manotazo a Sneijder. Sólo se había disputado media hora de un intenso duelo, con algo de dureza, y con superioridad madridista en el marcador ante un equipo rojiblanco que pedía a gritos la entrada de un extremo como el luso Simao.

Un cambio discutible, la inclusión de Antonio López en lugar de Raúl García para apuntalar el lateral derecho tras la expulsión de Perea, fue la reacción del banquillo, en un partido que igualó de nuevo las fuerzas numéricas con una polémica roja directa a Van Nistelrooy (m. 38).

Aguirre sólo esperó hasta el descanso para introducir a Simao, que volvió al equipo después de tres semanas de baja. Su entrada cambió la dinámica del Atlético, como demostró en sus dos primeras acciones. Un tiro de Banega, un remate también desviado de Forlán y un disparo alto de Maniche dieron nuevos ánimos al equipo rojiblanco, pero el Madrid, algo más replegado, tiene muchos recursos al contragolpe. Lo demostró Higuaín, primero, y luego Raúl y De la Red.