El brasileño Cléber Santana se lamenta después de que Fernando Llorente marcara el 3-3 definitivo en el último minuto del encuentro disputado ayer en el ONO Estadi. Foto: MONSERRAT

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Arango sonreía y la grada disfrutaba. 3-1 en el minuto 75, dos goles del venezolano y la victoria en la mano. Eran momentos para el recreo. Para los olés. Para hablar de la crisis. O de Davidson, que da más juego. Pero nadie reparó en el Athletic. El Mallorca le dejó levantarse, le dejó crecer, y si el partido llega a durar cinco minutos más, incluso le hubiera dejado ganar. El grupo de Caparrós supo reaccionar, serenarse y construir la remontada. Creció desde lo horrible a lo decente para rellenar una segunda parte notable que culminó Llorente en el descuento para darle brillo a su extraordinario encuentro. Y todo esto con un Mallorca desconcertante, desordenado en la medular y tembloroso en defensa, que vuelve a dejar escapar dos puntos en el ONO Estadi. Como el día de Osasuna... (3-3).

La tarde fue generosa en detalles. Dejó la resurrección de Arango; la pifia de Lux en el gol de Llorente; el talento descomunal de Jurado y, cómo no, el afán de protagonismo de Medina Cantalejo, que perjudicó a los dos equipos. Señaló penalti por unas supuestas manos de Ramis en una pugna con Llorente (Iraola firmó el 1-1), anuló un gol al '9' del Athletic por una falta que no parecía con 2-1 en el marcador y pasó por alto una agresión sin balón de Corrales a Ocio. Casi nada.

El Mallorca generó su mejor tiempo de la temporada -sobre todo los primeros 25 minutos- y se puso por delante gracias a un cabezazo de Cléber tras un centro delicioso de Jurado. El gaditano es el eje de este equipo. Lo más parecido a Ibagaza que se puede encontrar. En corto y en largo, el '10' bermellón pone en marcha a sus compañeros. Es feliz cuando se asocia con el balón y sus compañeros también. Bicicletas, cambios de ritmo. Caños. Hubo momentos de tiqui-taca en el primer acto. Pero el conjunto isleño no remató la faena. Craso error. Aunque el rival huela a chamusquina. En ocasiones por las paradas de Iraizoz, sobre todo tras un disparo de Varela, previa asociación al primer toque entre Jurado y Arango en la mejor combinación del curso. En otras por el desacierto en el remate, como en un cabezazo de Mario Suárez bajo palos que salió por encima del larguero. El Mallorca no remachó y llegó el penalti por unas supuestas manos de Ramis y el empate de Iraola. Antes, Jurado había sacado el balón sobre la línea. Ese empate hizo daño. El 1-1 al descanso era poco para los méritos del Mallorca y un botín excesivo para el Athletic.

En la caseta, Caparrós quitó metió más imaginación (Yeste por Etxeberria) un cambio que alteró el rumbo del choque. El Athletic tumbó el campo y pasó a dominar el balón y el juego. Sin embargo, el Mallorca, cuando menos lo merecía, cuando peor estaba jugando, marcó el 2-1. Y lo hizo al más puro estilo del Athletic: balón largo, dejada de Aduriz y zurdazo de Arango, silbado en el primer acto y alabado tras inaugurar su cuenta. Caparrós reaccionó con otro cambio que modificó el guión. Vélez entró por Gabilondo y se ganó el sueldo.

Todo ese tramo fue visitante. Lux evitó el gol con una buena mano abajo; al minuto siguiente le anularon un tanto a Llorente por una falta; después el balón le pegó en la mano a Nunes dentro del área; más tarde Vélez chutó fatal en las narices del portero...

Pero otra vez apareció Arango. Jurado vio la irrupción de Corrales por su banda; éste centró sin parar, Aduriz amortiguó el cuero y el venezolano envió el balón a la escuadra. Dos disparos y dos golazos. Partido cerrado. O eso parecía. Vélez aprovechó que la zaga local dormitaba para sembrar la duda. 3-2. Tocaba sufrir. El partido reclamaba más plomo: a otro central (quizás David Navarro) o a un mediocentro (quizás Martí), pero Manzano retiró a Arango y Aduriz (ovacionados) para meter a Webó y Trejo...

El Mallorca reculó y el rival metió presión colgando balones. Una contra mal conducida por Jurado -un rival cortó su intento de autopase- fue el preludio del 3-3. Susaeta -otro de los suplentes- templó el balón desde la banda al corazón del área. El fútbol de toda la vida del Atletic. Lux, que no había salido en toda la tarde, fue en busca del balón, pero se quedó con el molde. Llorente se jugó el tipo y metió la cabeza para redondear su tarde.

El Athletic lo fió todo al juego de Fernando Llorente y la jugada le salió redonda. El '9' del Athletic acaparó todo el poder ofensivo de su equipo. Controló de espaldas, forzó el penalti del 1-1, asistió a Vélez en el 3-2 y firmó el 3-3 definitivo. Ramis y Nunes no hicieron un mal partido, pero fueron insuficientes para detenerle.