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Adrián R. Huber |MADRID
El Sevilla sorprendió al Real Madrid en su visita a la capital de España y se adjudicó un partido vistoso con el que desbancó de los puestos de Liga de Campeones a los blancos, que se han visto relegados al quinto puesto.

Y nada más arrancar el partido, Robben, primero, e Higuaín después, gozaron de dos oportunidades claras para abrir el marcador. Pero fue el Sevilla el que golpeó primero, al aprovechar el brasileño Adriano, en el tercer minuto, un servicio por la derecha de Jesús Navas que la defensa blanca no acertó a despejar.

Poco antes del veinte empató Raúl, que cabeceó al fondo de las mallas una falta lanzada desde la derecha por Guti.
Acción que precedió a la entrada de Marcelo sobre Jesús Navas que supuso la amarilla que impedirá al brasileño disputar el clásico ante el Barça en el Camp Nou y el lanzamiento de una falta que -asimismo de cabeza, y de nuevo, desde la banda derecha- remató Romaric, autor del segundo tanto visitante.

Van der Vaart advirtió a Palop pasada la media hora -su disparo rozó el larguero- y le puso a prueba de nuevo en el 36, pero Konko, el citado Romaric, Renato y Duscher controlaban a la perfección la zona medular y, fruto de ello, llegó el tercer gol de los andaluces, de brillante ejecución por parte de Kanouté, que, habilitado ante Casillas, colocó el balón pegado a la base del poste izquierdo de su portería.

Lo que provocó las primeras quejas de la afición blanca, que se incrementaron cuando el gallego González Vázquez pitó el final de la primera mitad, al que se llegó tras un nuevo intento, infructuoso, de Robben, que se prodigó por ambas bandas, y un disparo lejano que salió alto de un Van der Vaart al que le falta chispa y que fue sustituido tras el descanso por su compatriota Drenthe.