El Mallorca busca en el mercado una solución a sus problemas deportivos. El club balear, instalado en el sótano de la clasificación tras la pésima cadena de resultados del fin de semana, necesita nuevos argumentos para salir del laberinto y recorre estos días el bazar futbolístico con la intención de encontrar alguna pieza que le ayude a rehabilitarse. A día de hoy, la dirección deportiva ya ha establecido dos prioridades. La primera, un central que refuerce el eje de la defensa y la segunda, un centrocampista con el que darle más volumen a la banda derecha. En cualquier caso, esos refuerzos deben adaptarse a una serie de requisitos que no serán fáciles de alcanzar.
Aunque la temporada no ha doblado todavía la esquina, la plantilla bermellona presenta algunas grietas preocupantes en puntos fundamentales de su estructura. Zanjado el debate de la portería (el club firmó al israelí Dudu Aouate a finales de diciembre), el siguiente paso consiste en darle otra mano de pintura a un sistema de seguridad que lleva toda la temporada bajo sospecha. El Mallorca es el tercer equipo más goleado de la Liga (sólo Numancia y Sporting superan sus 32 tantos en contra) y teniendo en cuenta que actualmente sólo hay tres centrales en nómina (Nunes, Ramis y David Navarro), se hará lo posible por reforzar esa posición antes del 30 de enero, fecha en la que se bajará la persiana del segundo plazo de inscripción de futbolistas en la Liga de Fútbol Profesional (LFP).
En este caso concreto, los problemas son evidentes. El Mallorca ha perdido mucha consistencia en su área y en las diecisiete jornadas consumidas hasta el momento el técnico todavía no ha encontrado una pareja titular que ofrezca plenas garantías. Para remediarlo, se había especulado incluso con el regreso de Martí Crespí, cedido en las filas del Xerez. La secretaría técnica busca un jugador con experiencia y a un coste asequible que pueda adaptarse rápidamente a la rutina del grupo.
Un par de metros por delante de la defensa los problemas tampoco cesan. La zona menos protegida es la banda derecha y Nando Pons y su equipo peinan estos días el mercado en busca de alivio. El único recambio natural a la hora de sustituir a Fernando Varela es Juanmi Callejón, pero hasta ahora el papel del granadino ha sido testimonial y no parece contar mucho para Manzano, que en la mayoría de ocasiones prefiere adelantar la posición de Lionel Scaloni o escorar a José Manuel Jurado. El domingo, sin ir más lejos, tendrá que utilizar el bisturí en esa franja del campo. Varela está sancionado y Scaloni deberá cubrir el hueco de Josemi en el lateral, así que el técnico está obligado a improvisar una solución de emergencia para contener el juego por los flancos del Real Madrid.
Las opciones que depara el mercado español son más bien reducidas y lo más probable es que el Mallorca tenga que explorar en el extranjero. Actualmente, entre los veinte clubes de Primera División sólo hay ochenta y cinco futbolistas (dos de ellos son los mallorquinistas Callejón y Ayoze) que no han disputado los cinco partidos que les impedirían fichar por otro equipo de la máxima categoría este mismo invierno, pero las posibilidades que hay sobre la mesa no son demasiado atractivas. Entre ese grupo de fichables hay muchos jugadores lesionados y la alternativa de las cesiones también parece muy limitada.
Ante ese paisaje, a la dirección deportiva rojilla le toca arremangarse. La caída del equipo en la clasificación se acentúa semana a semana y el plantel necesita algún revulsivo al que agarrarse.
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