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Miquel Alzamora En sus primeras filas el palco de Son Moix es el que quiere Grande. No está él, pero están los suyos. Si a final de mes la junta de accionistas se desarrolla con normalidad ante la falta de un comprador, el propietario de la mayoría de las acciones del Real Mallorca situará a Joan Antoni Ramonell en la presidencia y junto a él colocará previsiblemente a Biel Caimari y Pere Vicens, dos hombres más de su confianza en el Grup Drac. Seguirá jugando un papel importante Joaquín García, que ya ha manifestado su intención de abandonar el provisional puesto que ocupa en estos momentos. Quedará José Miguel García que tiene un claro enfrentamiento con Grande y cuya gestión ha criticado reiteradamente. También se mantendrá Xavier Cabotà, una persona que reúne condiciones para capitanear la entidad, pero que ya ha expresado su deseo de no hacerlo.

En última instancia todo puede cambiar si se confirma la venta del Mallorca a Freddy Shepherd, gestión que sigue su curso, pero que no parece que se concrete a corto plazo, de ahí que Grande esté situando a los suyos. Todos van ganando posiciones y poco a poco se acercan a la primera línea de palco.