Y eso que el Valladolid quería ayer revertir la secuencia de derrotas consecutivas y volver a afianzarse en su estadio, donde sólo había perdido dos partidos esta temporada. La falta de gol y el hecho de no saber aguantar los marcadores favorables había llevado también al Betis a una mala racha de resultados. Era pues una confrontación sin certezas y destinada a resolver muchas incógnitas.
A los treinta segundos de partido, Capi se lesionó de gravedad y tuvo que ser sustituido por Rivera. El equipo de Chaparro podía añorar al camerunés Emaná, ausente por sanción, pero no fue así. Tampoco tenía ayer una referencia clara y rotunda arriba, ya que Sergio García no es un punta nato y necesita caer a banda para respirar, aunque ayer fue «una pesadilla» para el Valladolid.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.