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Albert Orfila|BARCELONA
Decepción y rabia, mucha rabia contenida. La plantilla del Mallorca volvió a abandonar el Camp Nou con la cabeza agachada. Visiblemente afectados por lo que acababa de suceder sobre el césped, los jugadores desfilaron por la zona mixta del estadio azulgrana reconociendo la superioridad de su enemigo, pero aireando también su desacuerdo con la actuación de Muñiz Fernández. Según los futbolistas, el colegiado asturiano escamoteó un claro penalti al conjunto isleño en los últimos minutos que podría tener un papel decisivo en el desenlace de la eliminatoria, previsto para el 4 de marzo.

El más crítico de los baleares volvió a ser Lionel Scaloni. El argentino, que no quiere saber nada de tópicos, arremetió contra el criterio del árbitro a la hora de repartir las tarjetas amarillas: «Si llega a jugar Messi desde el principio, nos vamos de aquí con cuarenta y ocho tarjetas. A Ayoze y Corrales, por ejemplo, les han amonestado en el primer tiempo en dos jugadas normales y eso les ha hecho jugar condicionados el resto del encuentro», explicaba. Con respecto al posible penalti de Márquez a Trejo, el defensa apuntó que «no sé si lo es o no, pero a mí me lo ha parecido. Me he cansado de protestar, pero como siempre lo hago...».

Siguiendo esa misma línea, Scaloni abundó en sus comentarios sobre el colegiado y matizó que su actuación apenas había afectado al resultado: «Siempre hablo mucho con Muñiz, que ya nos había pitado a final del año pasado contar el Sevilla. Él normalmente está muy relajado, pero hoy (anoche) lo he visto muy alterado, advirtiéndonos demasiado. De todas formas, no ha influido en el resultado y lo único que le reclamo es esa última jugada. Para un equipo como el nuestro, irse de aquí con un 2-1 hubiera sido la bomba», reconocía el argentino. «Nos vamos tranquilos porque hemos hecho un buen partido. Seguimos vivos y la eliminatoria continúa abierta. En el fútbol nunca se sabe qué va a pasar. Lo que está claro es que jugando así saldremos, adelante en la Liga».

Ayoze, que había sido el encargado de taponar la banda izquierda de la defensa rojilla, también opinó acerca de la polémica jugada del final. «Decían que a través de la televisión había parecido penalti, pero no lo sé. Después había que meterlo, pero a nosotros nos hubiera venido bien», señalaba el lateral tinerfeño. «A mí me pilla lejos, aunque Óscar (Trejo) dice que le toca y, si es así, es penalti. Pero ahora es absurdo seguir hablando de eso porque ya no podemos hacer nada».

El canario destacó las buenas sensaciones que había ofrecido el equipo e invitó a sus compañeros a seguir por ese camino en el campeonato regular: «Hay que salir a disputar el partido de vuelta y luego, ya se verá. Depende de cómo transcurra todo. Ahora hay que intentar ganar el domingo. Tenemos que pasar página y olvidarnos de esto porque ya ha pasado. Nos vamos con buen sabor de boca por el trabajo realizado y malo porque nuestro esfuerzo no se ha visto recompensado. Esto es fútbol. Esperemos que el domingo tengamos la suerte que nos ha faltado hoy», concluía.

Pep Lluís Martí, por su parte, subrayó que habrá que «esperar al partido de vuelta». Según el centrocampista palmesano, cuando se cierre la eliminatoria «el Barça estará metido en otra eliminatoria de Champions y puede pasar de todo. Hemos trabajado bien y es lo que importa, aunque nos vamos dolidos con el arbitraje», añadía.